Xerojardinería: Descubre cómo tener un jardín más sostenible que requiera poca agua

Xerojardinería

Aunque el término te parezca extraño, la xerojardinería se ha venido implementando con popularidad en la sociedad gracias a que permite diseñar paisajes que reducen o eliminan la necesidad de riego.

Por lo tanto, si te encuentras en una zona que sufre por las sequías, o simplemente estás buscando una manera de tener un jardín más amigable con el medio ambiente, ¡este blog es para ti!

A continuación, hablaremos sobre la definición de xerojardinería y plantas xerófitas. Te diremos todo lo que necesitas saber para tener tu propio xerojardín con pocos recursos y cuáles son sus cuidados. Al finalizar, encontrarás un top 5 de xerófitas que puedes incluir en tu jardín.

¿Qué es la xerojardinería?

Xerojardín

Es una práctica de paisajismo que busca crear y mantener un hermoso jardín mientras se conservan los recursos hídricos lo más que se pueda. Es decir, consiste en seleccionar plantas nativas o bien adaptadas que puedan prosperar con la menor cantidad de agua posible.

Sin embargo, un xerojardín o jardín xérico no es un espacio lleno de cactus y plantas crasas, o un lugar con aspecto seco y colores tierra. ¡Todo lo contrario! Verás que puede tener un diseño moderno con bellos colores y gran diversidad vegetal. Incluso se puede decir que funciona con cualquier tipo de planta siempre y cuando esté en la ubicación correcta y con el mantenimiento adecuado.

Dicho esto, la xerojardinería se promueve en regiones que no cuentan con un suministro de agua dulce suficiente o que no es de fácil acceso. Aunque no se limita a cierto tipo de clima, es una práctica que se hizo popular por primera vez en lugares áridos que precisamente sufren de sequías.

Adicionalmente, muchas personas usan esta técnica oficial de paisajismo para reducir el impacto medioambiental y no derrochar agua. Así como también aprecian el ahorro de tiempo, dinero y demás beneficios que veremos con más detalle a continuación.

Beneficios de la xerojardinería

Se ahorra el agua: El primer y más claro beneficio es que un xerojardín requiere menores cantidades de agua y, por ende, es más sostenible que uno tradicional. Sobre todo, gracias a que puede reducir el uso de agua hasta en un 80%. Además, disminuir la frecuencia de riego hace que su mantenimiento sea mucho más sencillo de llevar.

Se promueven las plantas nativas: Como te decíamos anteriormente, uno de los objetivos de esta práctica es destacar las plantas autóctonas dado que ellas están mejor adaptadas a tu entorno. De esta manera, se puede asegurar el éxito de tu jardín, aunque no necesite grandes cuidados.

Claro está que se pueden usar plantas de entornos similares o, por ejemplo, que sean resistentes a la sequía. De estas se encuentran muchas en el mercado y con seguridad te brindarán un espacio más diverso con variedad de texturas, tamaños y colores.

Se ayuda a la fauna local: Si hablamos de la vida silvestre nativa de cierto lugar, ellas también dependen de las plantas autóctonas como fuente de alimento. De igual modo, las plantas se benefician al ser polinizadas.

Se disminuye la necesidad de fertilización: Al usar plantas adaptadas a la zona, ellas tienen mayor capacidad de funcionar por sí solas sin necesidad de ayuda extra. Sin embargo, a los nuevos brotes o plántulas les irá bien con algo de impulso al comienzo.

Se reduce el uso de pesticidas: Una vez más, debido a que las plantas nativas están adaptadas a su entorno, no son tan susceptibles a las plagas. Esto claramente reduce gastos y tiempo en el uso de pesticidas.

¿Qué son las plantas xerófitas?

Son aquellas plantas que a lo largo de su evolución han desarrollado mecanismos de adaptación para soportar bien la sequía y tener pocos requerimientos hídricos. Por ello, son el tipo de vegetación ideal para el paisajismo xérico.

De igual modo, son plantas que aparte de sobrevivir en ambientes secos, también soportan altas y bajas temperaturas. Tampoco requieren de un mantenimiento constante y son resistentes ante las plagas.

Algo espectacular es que no se trata de una familia o género específico de plantas, sino que existe gran variedad de especies que precisamente se han adaptado a climas áridos. Dicho esto, puedes contar con gran diversidad de colores, tamaños y texturas en tu jardín.

Más adelante te recomendaremos algunas xerófitas que puedes incluir en tu colección, sin embargo, en internet podrás encontrar más de ellas e incluso verás plantas que son xerófitas y quizás no tenías ni idea de que lo eran. Así no te irás con la impresión de que los xerojardines son solamente espacios llenos de cactus.

Entre las características que tienen las plantas xerófitas están:

  • Tienen un mayor desarrollo radicular que les permite recoger y retener el agua almacenada en la tierra. De esta manera, no sólo tienen raíces más largas y gruesas sino también más profundas.
  • Cuentan con hojas carnosas y tallos gruesos que también funcionan como mecanismos para almacenar el agua y luego distribuirla cuando la planta la necesite.
  • Poseen hojas con estomas y una epidermis gruesa que fortalece el proceso de la fotosíntesis a pesar de la sequía.

¿Cómo tener un xerojardín?

Ahora te contaremos cómo puedes implementar esta técnica de paisajismo. Bien sea porque te encuentras en una zona árida, o porque te gustó el diseño y quieres ponerlo en marcha mientras ayudas al medio ambiente.

Aspectos por tener en cuenta

  • Espacio
  • Plantas adecuadas
  • Tipo de suelo y sustrato
  • Mantillo
  • Sistema de riego
Jardín xérico

Para comenzar, debes elegir el espacio en el que tendrás tu jardín xérico. Este puede tomar todo el suelo o una zona parcial de él. Incluso, también puedes usar camas elevadas que son espacios rectangulares y algo profundos, pero te recomendamos que estén hechas con un material resistente como ladrillo o cemento, para que se vean más modernas y no como camas de cultivo.

Como te hemos dicho, es importante elegir las plantas adecuadas. Puedes optar por investigar cuáles son las especies nativas de tu zona o aquellas de un clima similar al tuyo y seleccionar las que más te gusten. Por otro lado, están las plantas xerófitas que sin duda te ayudarán con la reducción del gasto de agua.

También debes saber qué tipo de suelo tienes y cuál necesitan tus plantas. Te recordamos que está el suelo arenoso el cual es áspero, seco y drena muy bien el agua. El limoso que tiene un tono marrón oscuro, es más suave al tacto y mantiene mejor el agua. Por último, se encuentra el arcilloso, que tiene finos granos de color amarillo y retiene tanto el agua que hasta se forman charcos.

Ya que conoces a tus plantas y el suelo de tu jardín, sabrás si necesitas mejorar la tierra para formar el hábitat ideal. Para ello vas a requerir del sustrato que mejor se adapte. Por ejemplo, un suelo arenoso debe ir acompañado con vermiculita o turba para aumentar la capacidad de retención del agua. Por otro lado, a un suelo limoso le va bien la arena o la perlita para mejorar la aireación y la capacidad de drenar el agua.

Sin embargo, puedes comprar la tierra ya preparada y usarla en los espacios donde tendrás tus plantas. Esto ya depende del tamaño de tu jardín y según veas qué es lo que más te favorece.

Asimismo, vas a necesitar algún tipo de mantillo o acolchado que te ayude a conservar la humedad, mejorar la fertilidad del suelo y hasta evitar el crecimiento de malezas.

Para ello puedes implementar abonos orgánicos como el humus de lombriz, hojas secas o astillas de madera. Otra opción es el uso de piedra o gravilla que además le dará un gran estilo y hacen parte de los elementos más usados.

No olvides elegir el tipo de riego. Tenemos un blog especializado en los tipos de riego por si quieres echarle un vistazo y aprender más sobre ellos. Para la xerojardinería lo común sería la instalación de un riego por goteo, pero esto también depende de la magnitud de tu jardín y tu presupuesto.

Lo que nosotros te aconsejamos es recolectar agua de lluvia según te sea posible y en realidad sólo te hace falta una regadera manual para hidratar a tus plantas. Pues recuerda que será menos frecuente de lo habitual así que no será una actividad tediosa.

Procedimiento

En resumen, debes seguir 4 pasos:

  1. Agrupa las plantas por necesidades
  2. Diseña tu xerojardín
  3. Mejora el suelo
  4. Siembra las plantas

Como es posible que diversas áreas de tu jardín presenten diferentes cantidades de humedad y luz solar, también es bueno agrupar las plantas según sus necesidades o cuidados específicos. Es decir, ten en cuenta aquellas plantas que son buenas para recibir luz solar directa y aquellas que prefieren estar a sombra parcial o total. Esto te ayudará a saber en qué lugar específico sembrarlas.

Ya que has agrupado las plantas, diseña tu xerojardín. Sólo hace falta que vayas acomodando y moviendo tus plantas para ver cómo quedaría el resultado. Es el momento de sacar tu creatividad a flote.

El paso siguiente es mejorar el suelo. No solo con ayuda del sustrato como te mencionamos anteriormente, sino también con el uso del mantillo. Si se trata de abono orgánico puedes colocarlo en toda la tierra de una vez, si se trata de roca o gravilla, pon una buena capa después de sembrar tus plantas.

Ahora, si de pronto tu jardín tiene césped, lo ideal es removerlo total o parcialmente. Recuerda que la idea es reducir la necesidad de riego y las áreas con césped demandan una mayor cantidad de agua.

Para terminar, lo que debes hacer es sembrar las plantas. Como se trata de una técnica de paisajismo, nosotros te sugerimos comprar plántulas o plantas más desarrolladas para sembrarlas directamente en tu jardín y poder apreciar su diseño.

Aunque es posible realizar la siembra a partir de semillas o esquejes, debes tener en cuenta que las plantas necesitan de un riego regular durante la etapa de crecimiento. Sin mencionar que será un proceso más largo y demorado.

Cuidados

Lo más importante es regar de manera eficiente. Al menos durante el primer año lo mejor es mantener un riego con intervalos regulares para lograr que las plantas desarrollen sus raíces. De esta manera estarán bien establecidas en la tierra y se volverán más fuertes.

Si realizas el riego manualmente, procura darle un buen chorro de agua a cada planta para que llegue a todas sus raíces y la tierra se mantenga hidratada por mayor tiempo.

Asimismo, durante las épocas más calurosas del año es beneficioso regar el jardín con mayor frecuencia de la habitual. Si bien el riego normal puede ser cada 15 días o más, durante el verano o periodos con temperaturas muy altas, el intervalo debería ser 1 vez por semana.

Ahora, si ya cuentas con un sistema de riego por goteo establecido, igual es bueno darle algo de apoyo a tus plantas cuando la temperatura aumente.

No olvides que una manera de reducir tu huella ambiental todavía más es mediante la recolección de agua de lluvia. Incluso, este tipo de agua es la mejor opción para tus plantas tanto de interior como de exterior. La razón es que esta no trae los químicos que vienen en el agua recién la extraes del grifo.

Por otro lado, es bueno realizar un mantenimiento mínimo y regular. Pues, para conservar un paisaje que mantenga su estética y salud, no debes olvidar algunas tareas como la poda, la fertilización y la limpieza.

La actividad más frecuente sería la poda, tanto para controlar la altura de los árboles o arbustos como para eliminar las partes secas y promover la floración. De igual forma, te será útil cuando tus plantas sean adultas y quieras propagarlas.

Top 5 plantas xerófitas para tu jardín

Como te lo habíamos prometido, para finalizar te vamos a recomendar 5 plantas xerófitas que puedes incluir en tu casa o específicamente en tu xerojardín según lo prefieras.

Flor de cera

Planta flor de cera

(Hoya carnosa)

Tiene hojas gruesas y enrolladas de color verde intenso. Produce flores fragantes en forma de estrella que se agrupan en racimos y son de color rosa muy claro con un tono rojizo en el centro. De su follaje ceroso se origina su nombre popular y es nativa del este de Asia y Australia.

Cuenta con la característica de ser una planta enredadera, así que puedes tenerla en tu jardín en una cama elevada o en una maceta colgante. Otra manera es colocarle un soporte por el cual ella pueda enrollarse.

Le gusta recibir luz brillante de manera indirecta. Aunque soporta el sol directo durante la primavera y el otoño, los rayos solares del verano pueden quemar sus hojas y decolorarlas. Por esto es bueno que la ubiques en un lugar donde reciba el sol de la mañana, pero no el de la tarde, o sombra completa de ser necesario.

Necesita una tierra con buen drenaje que le brinde humedad, pero que no sea muy compacta para evitar los encharcamientos. Así que cualquier sustrato con algo de perlita adicional será ideal.

En cuanto al riego, al estar en esta lista es porque vive en ambientes con poca agua. Es fundamental que no las riegues en exceso o que la dejes encharcada porque corre el riesgo de que se pudra su raíz.

En verano puedes aumentar un poco la frecuencia de riego para motivar la floración de la planta y refrescarla ante las fuertes temperaturas. Como en otoño e invierno suele ser algo inactiva, se puede regar incluso 1 vez al mes. Eso sí, observa el comportamiento y la apariencia de tu planta para que te asegures de que todo va bien.

Si hablamos de la reproducción, la forma más fácil y efectiva de propagar la flor de cera es por medio de esquejes. Toma un tallo con al menos 1 nodo y unas cuantas hojas y colócalo en un vaso con agua para favorecer su ramificación. Cuando veas que ha desarrollado varias raíces podrás sembrarlo en tierra.

Eucalipto

Árbol de eucalipto

(Eucalyptus)

El eucalipto es un género de árboles y arbustos ornamentales con atractivas hojas aromáticas y terapéuticas de color gris azulado. Existen alrededor de 700 especies de eucalipto, la mayoría originarias de Australia.

Si quieres tenerlo en tu jardín, debes brindarle un buen espacio para que desarrolle su sistema radicular y su tamaño. Te aconsejamos realizar podas de formación en las que puedes cortar los tallos más largos para controlar la altura de la planta.

Al eucalipto le encanta recibir sol directo, así que puedes colocarlo en la zona de tu jardín que cuente con mayor luz solar brillante al día.

Le gusta estar en una tierra húmeda, pero que drene bien el agua. También es bueno proporcionarle un suelo rico en materia orgánica, ya que por su tamaño necesita extraer mayores nutrientes.

Mientras tu planta esté en crecimiento debes realizar el riego con algo de frecuencia. Una vez establecida es bastante tolerante a la sequía, pero si le hace falta agua por un largo período, notarás que se caerán sus hojas y ramas con mayor abundancia de lo normal.

Para la reproducción se usan esquejes y semillas, curiosamente este último método es bastante efectivo y recomendado. Sin embargo, no olvides que para empezar tu xerojardín es mejor que adquieras una plántula de no más de 1 metro de altura, la cual puedes sembrar en maceta o directamente en el suelo, pero ya dependerá de tu espacio.

Árbol de Júpiter

Árbol de Júpiter

(Lagerstroemia indica)

Es un árbol o arbusto ornamental nativo del continente asiático, específicamente de China, Japón e India. Sus hojas cuando son jóvenes tienen un color verde claro o rojizo, pero cuando maduran toman una tonalidad más oscura. Además, son muy atractivas en otoño al tener una apariencia anaranjada o amarilla. En cuanto a sus flores, pueden venir en color blanco, rosa, púrpura o rojo.

También es una planta que disfruta estar expuesta al sol directo, ya que éste la ayuda en su etapa de crecimiento y floración. Además, es bastante resistente ante las heladas porque soporta temperaturas por debajo de los -15° C.

Necesita de tierra fértil, liviana y con buen drenaje. No le irá bien en suelos del tipo arcilloso, ya que el exceso de agua y humedad lo hará más propenso a contraer enfermedades.

De igual modo, el riego debe ser moderado. Lo mejor es darle agua a la planta cuando el suelo esté completamente seco, así que lo habitual podría ser 1 vez a la semana. En épocas muy calurosas, podría incrementarse la frecuencia a 2 riegos semanales, aunque con la elección de un buen sustrato y con el uso de los acolchados no tendría que ser necesario.

Para su mantenimiento te sugerimos las podas de formación y limpieza. Así le das la altura que más te convenga y eliminas los tallos y hojas secas. Si quieres saber sobre su reproducción, esta se realiza fácilmente por medio de esquejes de 10 o más centímetros.

Hierbas aromáticas

Así es, también hay plantas aromáticas y medicinales que quizás no sabías que son bastante resistentes ante la sequía. De por sí ya hablamos sobre el eucalipto que es una planta de la cual extraen su aceite para aromaterapia u otros remedios. Pero, hay más especies que puedes incluir en tu jardín y seguramente aprovecharás sus propiedades.

Por un lado, está el romero, un arbusto leñoso con hojas fragantes y flores generalmente de color púrpura. Es bastante usado en la culinaria, pero también se ha implementado en la parte estética gracias a sus excelentes nutrientes.

Con características similares, pero popularmente usado en recetas de cocina, está el tomillo. De igual modo, un arbusto aromático que florece comúnmente de color blanco y también se siembra con frecuencia en las huertas para aprovechar sus características curativas.

También está el aloe vera, sin duda una planta medicinal muy conocida e implementada en todo tipo de productos de salud y belleza. También cuenta con la característica de ser suculenta, ya que en sus gruesas hojas conserva el famoso gel medicinal que le permite ser resistente ante la sequía.

Además, su forma le dará un toque distinto a tu jardín y podrás cosechar sus hojas para usar su gel en tu piel, cabello o consumirlo para tu organismo.

Rápidamente y para finalizar queremos mencionarte la lavanda, la cual hemos incluido en nuestros blogs sobre plantas para el cuidado del cabello y plantas que puedes tener en tu habitación. Verás que su aroma te ayudará a reducir el estrés, mientras que sus bellas flores llenarán de vida tu jardín.

Cactus y suculentas

Plantas suculentas

Por último, pero no menos importante, no podían faltar las plantas crasas. De estas encontramos una extensa variedad de géneros y familias, que además cuentan con gran diversidad de tamaños, colores, texturas y formas.

En nuestro blog sobre suculentas te recomendamos 11 de ellas, además allí puedes encontrar información más detallada sobre sus cuidados, beneficios, métodos de reproducción y mucho más.

Sin duda debes incluir al menos 1 de estas plantas en tu xerojardín, notarás que su mantenimiento es incluso mucho menor que las otras especies mencionadas anteriormente. Además, como existe tanta diversidad entre ellas, seguramente te gustarán hasta el punto de empezar a coleccionarlas.

En general les va bien tanto en sol directo como parcial. Claro está que el factor solar afectará la tonalidad de la planta, así que, si prefieres que mantengan su color natural, puedes dejarlas en la sombra.

Para la tierra te aconsejamos usar los sustratos que ya vienen preparados para los cactus y suculentas. En caso de que quieras usar el suelo de tu jardín, agregarle perlita será un factor clave para brindarle aireación y drenaje a la tierra.

En cuanto al riego, al igual que todas las plantas de este top, lo mejor es darles agua cuando la tierra ya esté del todo seca. De por sí son plantas que acumulan agua por medio de sus hojas carnosas, así que no tienen problema con la sequía.

Recomendaciones finales

Ya sea que te intereses en la xerojardinería por la utilidad de ahorrar dinero, por reducir el impacto ambiental, o porque te encuentras en una zona con bajos recursos hídricos, verás que es una práctica que te brindará grandes beneficios.

Además, tendrás un hermoso paisaje fuera de lo tradicional a lo que estamos acostumbrados por un menor precio y poco mantenimiento. Por lo tanto, esperamos que este blog te haya servido para aprender sobre esta técnica y te haya animado a tener tu propio xerojardín. ¡Manos a la obra!

Compartir