Guía rápida de cómo iniciar la siembra de tu huerto en casa

En este blog encontrarás la información que necesitas para poner en marcha tu huerto.

Te explicaré paso a paso los beneficios de tener un huerto casero, qué debes tener en cuenta para iniciar tu cultivo, qué elementos puedes usar y te recomendaré 2 tipos de plantas con su guía de siembra para que puedas empezar sin excusas.

Beneficios de tener un huerto casero ¿Por qué deberías tener uno?

  1. Antes que nada, es importante saber que el cultivo de plantas no solo ayuda a cuidar tu salud física, ya que vas a consumir productos 100% naturales y libres de químicos añadidos.

También favorece a tu salud mental mediante una terapia hortícola. Consiste en aliviar tensiones y proporcionar efectos psicológicos positivos en condiciones como:

  • El estrés
  • La ansiedad
  • La depresión 
  1. Puedes hacer parte del cambio y contribuir con tu cultivo a la preservación del planeta. Con objetos reciclables que tengas en casa, como botellas de vidrio o plástico, cajas de madera en las que se guarda la verdura e incluso macetas viejas, tienes más que suficiente para empezar a cultivar.

Más adelante te explicaré cómo puedes usar estos productos para que sean funcionales y no tengas inconvenientes en tus cultivos.

  1. De igual forma, al usar la materia orgánica conseguirás crear composta. De esta forma reduces el volumen de desechos en tu casa y le proporcionas al cultivo mejores condiciones para su desarrollo. En este blog encontrarás información útil para hacer composta.
  1. Finalmente, cuentas con la opción de crear un huerto a tu gusto de tal manera que puedas:
  • Optimizar espacio
  • Adecuar un sistema de riego que te brinde cero desperdicios de agua
  • Darle a tu casa o patio un estilo diferente y moderno
  • Compartir con todos los miembros de tu familia esta interesante práctica

¿Qué debes tener en cuenta para iniciar tu huerto casero?

Esta es una información muy importante antes de empezar.

 1.   ¿Cómo encontrar el lugar perfecto para tu huerto?

El primer paso es escoger el lugar en donde quieres colocar tu cultivo.

Puede ser un patio, una terraza, la ventana o un balcón. Lo importante es que debe tener buena iluminación natural y un espacio adecuado para las plantas y las macetas. Como puedes ver en las fotos.

Las plantas necesitan la luz solar, unas más que otras, pues obtienen de ella lo que requieren para realizar la fotosíntesis. Si no cuentas con un espacio con buena iluminación o dependes de las estaciones del año, no te preocupes.

Existen plantas que requieren sol directo solo unas pocas horas al día como las cebollas, las lechugas, las fresas, el perejil, entre otras.

En caso de que quieras cultivar tus plantas en el suelo, como la que ves en la imagen, debes tener en cuenta las condiciones que tiene el mismo. El suelo le aporta beneficios a la planta para que se pueda desarrollar adecuadamente, como los nutrientes y agua con los que se puede alimentar.

Textura del suelo

Existen 3 tipos de textura del suelo según las fracciones y partículas minerales, que influyen en la velocidad de infiltración del agua, su capacidad de drenaje, aireación, retención del agua, entre otros.

–       Arenosos (Sandy): partículas minerales gruesas. Suelos ligeros con facilidad de labrar, aireados, pero con poca agua y nutrientes.

–       Limosos o margosos (Loamy – Silty): partículas minerales medianas. Suelos que dependen de la buena o mala formación estructural en el suelo para favorecer la relación aire/agua.

–       Arcillosos (Clay): partículas minerales pequeñas. Suelos demasiado pesados con problemas de encharcamiento y falta de aireación. Aunque cuentan con buena capacidad para retener el agua y los nutrientes.

Tener claro el suelo que tienes para tu huerto te ayudará a conocer mejor las pautas del riego, el cuidado de la planta, el uso de fertilizantes y demás. El más recomendable es el suelo franco, pues cuenta con un porcentaje equilibrado de arena, limo y arcilla.

Tomado de Queensland Government Website

En este diagrama del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (U.S.D.A.) puedes verificar y guiarte para determinar el porcentaje de cada textura del suelo. De esta manera podrás adquirir el suelo deseado para tu cultivo.

A continuación, te dejo una guía para saber el tipo de suelo que tienes y lo compares con el diagrama del U.S.D.A.

Fertilizante

Por otro lado, para lograr que el suelo o la tierra para las macetas sea óptima, es recomendable usar fertilizante o abono. Esta mezcla ayudará a tu planta con todos los nutrientes necesarios para que tenga un crecimiento sano.

  • Fertilizante: Tiene el objetivo de nutrir el suelo de manera artificial. El fertilizante aporta compuestos químicos al suelo para que las raíces de las plantas los absorban.

Los fertilizantes se utilizan para cubrir las necesidades nutricionales de cada planta. Un aspecto a tener muy en cuenta es que el fertilizante puede alterar el pH del suelo y contaminarlo.

  • Abono: Al igual que el fertilizante, el objetivo del abono es nutrir el suelo, la diferencia es que su origen es natural. Son más amigables con el medio ambiente y permiten que la planta y el suelo sean más fértiles. Se puede aplicar directamente sobre el suelo.

Existen dos tipos de abono. El abono orgánico se compone de compost, humus, estiércol o de extracto de alga. El abono mineral es creado para cada tipo de planta, se conforma de potasio, nitrógeno y fósforo. Viene en formato granulado, líquido o soluble.      

Teniendo en cuenta lo anterior y como te decía al inicio, puedes escoger el fertilizante o abono que desees para tu cultivo. Mi recomendación es que inicies con el abono orgánico, pues con los desechos de tu casa puedes crear compost. Este te ayudará a brindarle a tu planta grandes beneficios y si puedes mezclarlo con abono minera, tu planta lo agradecerá.

 ¿Cómo hacer compost?

  • Necesitas un recipiente adecuado para añadir la materia prima que se convertirá en el compost que usarás. Este recipiente puede ser comprado o construido con materiales a los que les puedas dar un segundo uso.
  • Debes combinar el azúcar, la celulosa y el nitrógeno de los desechos orgánicos para preparar el compost casero. Estos desechos pueden ser: Húmedos como piel o cáscara de patatas, peladuras de frutas y verduras, hierba húmeda, césped fresco, café entre otros. Secos como ramas, hojas secas, cartón, cáscaras de maní, papel entre otros.
  • Se recomienda tener un equilibrio entre los desechos para mantener el nivel de humedad y de esta manera permitir al proceso de descomposición la oxigenación adecuada. Así puedes evitar que se pudra y pierdas la mezcla.
  • Es importante cortar los desechos orgánicos en trozos pequeños para acelerar el proceso de descomposición. Debes revolver la mezcla desde abajo para que todo se pueda integrar correctamente.
  • Puede ser un proceso que puede durar de 6 a 9 meses y reconocerás que está listo porque la mezcla será más oscura, uniforme y no se podrán detectar los desechos que tiraste.   
  • Un tip para acelerar el proceso del compost de 1 a 3 meses, es tener lombrices en la mezcla. Al comer casi 2 veces su peso por día, descomponen bastante cantidad de materia orgánica.
  • Cuando esté listo, puedes agregarlo a tus plantas y comenzar de nuevo.

2.   Y ahora ¿Qué sembrar?

El segundo paso es seleccionar qué quieres sembrar y las macetas que deseas usar.

Unos aspectos que debes tener en cuenta son el tipo de semillas o plantas que vas a sembrar. Puedes comprarlas en un vivero o puedes sembrar esquejes (tallos). Es vital que te informes muy bien sobre sus características y cuidados para evitar la aparición de plagas indeseadas.

Existen plantas que requieren de bastante o poca luz natural, un riego regular o menos frecuente, un cuidado especial en sus raíces, hay otras que pueden o no ser trasplantadas, entre otros aspectos.

No debes tener miedo a esto, existen soluciones naturales para reducir y eliminar la infestación por plagas como, por ejemplo: el zumo de limón, el vinagre, la canela, sal, infusiones de ajo, entre otros. El primer paso es observar el cultivo con frecuencia para detectar a tiempo el problema. 

Tipos de siembra

Dato curioso: ¿Sabías que hay varios tipos de siembra? Te contaré sobre algunos que te servirán para iniciar tu huerto casero si cuentas con un espacio amplio.

  • Siembra en semilleros: Se realiza cuando las semillas son demasiado pequeñas o necesitan de cuidados especiales para lograr su crecimiento. De esta manera puedes tener un control más estricto sobre tu cultivo.
  • Siembra a voleo: Si cuentas con un espacio amplio en tu jardín, esta técnica será muy útil. Consiste en tomar algunas semillas y dispersarlas por el terreno a cultivar y finalmente se cubren con una capa de tierra o compost.
  • Siembra en línea: Debes realizar un surco en línea con la profundidad y distancia adecuada según la planta a sembrar. Finalmente, colocas las semillas en los respectivos surcos y se cubren.
  • Siembra directa: En esta práctica siembras tus semillas directamente en el lugar o espacio que desees. No olvides las recomendaciones para tener éxito en la siembra.

¿Qué hay de las macetas?

Por otro lado, puedes escoger la maceta que desees para iniciar tu huerto si cuentas con un espacio reducido. Tienes la opción de comprarla en diversas tiendas o puedes crearla tú mismo con material reutilizado (como el de la imagen). Lo importante es que tengan las condiciones adecuadas para tu planta.

Deben contar con agujeros para que el agua pueda impregnar la planta y drenar los excesos después. Su profundidad puede ser entre 7 y 15 centímetros o un poco más, de esta manera tus plantas podrán contar con suficiente agua, nutrientes y aire sin ocupar mucho espacio.

  • Las macetas de interior: pueden ser de madera o plástico pues son materiales que se adaptan muy bien en la sombra y en espacios con poca acción climática.
  • Las macetas de exterior: su material puede ser de barro, piedra, metal, por su durabilidad y resistencia, o también de plástico, aunque se deterioran un poco más rápido.
  • Las macetas colgantes: materiales como el metal o el plástico son perfectos para este tipo de macetas, además son ideales para tener en espacios pequeños como apartamentos.   

3.   Organizando el huerto

El tercer paso es definir cómo vas a organizar tu huerto.

Existen 2 tipos de huertos para que puedas organizar tus macetas o cultivos. Tener una buena organización te ayudará a llevar un control adecuado de tus plantas y te facilitará el cuidado de las mismas.

  • Cultivo horizontal: es el más común ya sea por el tipo de macetas o porque el cultivo es en suelo. Se colocan las macetas una al lado de la otra.
  • Cultivo vertical: este tipo de cultivo se distribuye por pisos. Permite optimizar el espacio disponible y puedes ubicarlo en la pared. Puedes hacer tu huerto con botellas de plástico, pallets de madera, zapatero de tela, entre otros.

 4.   Mantenimiento del huerto

El cuarto paso es escoger el kit de herramientas para tu cultivo.

Tener las herramientas adecuadas te ayudará con el proceso de siembra y facilitará tu trabajo. Te mencionaré algunos de los más importantes para tu huerto. En la imagen puedes ver algunas para guiarte.

herramientas de jardinería
  • Tijeras de jardín
  • Pala de mano
  • Regadera
  • Guantes
  • Rodilleras o cojín
  • Manguera
  • Rastrillo
  • Pala

2 plantas aromáticas que puedes sembrar

Ahora que conoces los primeros pasos para crear tu huerto casero, puedes iniciar con el cultivo de algo sencillo como orégano y tomillo. Estas plantas aromáticas no pueden faltar en tu huerto, ya sabrás por qué.

El tomillo

El tomillo es una planta aromática con la que te recomiendo iniciar tu huerto por sus beneficios y características que te van a encantar. Es una planta perenne, es decir, que tiene un tiempo de vida mayor a 2 años.

Cuenta con beneficios culinarios y medicinales, además de ser muy fácil de sembrar y no requiere de muchos cuidados.

Puedes disfrutar de su aroma y es de ayuda para atraer insectos polinizadores. Estos te ayudarán a mantener hermoso tu huerto y con buena producción.

Se caracteriza por ser resistente a plagas y enfermedades. Es repelente de insectos como babosas y caracoles. Te ayuda a controlar plagas como el pulgón, que son pequeños insectos que se alimentan de la savia de los tallos y hojas.

A continuación, te dejo los pasos y consejos para sembrar tu planta de tomillo.

Siembra Tomillo
Paso 1 Para que tu planta aromática crezca más rápido es recomendable que siembres un pedazo del tallo del tomillo (esquejes).   Puedes hacerlo en cualquier época del año, pero los expertos aconsejan plantarlas en primavera o inicios de verano.
Paso 2 Debes escoger un terreno libre del exceso de agua, seco, libre de acidez, árido y calizo para sembrar el tomillo. 
Paso 3 El tomillo no necesita ser regado constantemente, puede soportar sequías prolongadas.    Puedes regarlo 1 vez a la semana o cada 10 días. Vigilar que no se llene de agua la planta es muy importante.  
Paso 4 Esta planta soporta de maravilla los climas secos y con altas temperaturas, así que debes elegir un lugar en el que tu planta reciba mucha luz solar. 
Paso 5 Para mantener tu jardín en buenas condiciones es necesario que tengas un kit de herramientas.   No es necesario que gastes mucho dinero en ellas, desde que tengas unas tijeras para podar tu planta de tomillo es más que suficiente. 

El orégano

El orégano es también una planta aromática que no puede faltar en tu huerto. Además de ser utilizado en la cocina como condimento de sabor y aroma agradable, es beneficioso para la salud.

Cuenta con propiedades antioxidantes y antimicrobianas. Es un ingrediente que estimula el sistema digestivo y tiene poder antiinflamatorio.

Sirve para tratar síntomas de resfriados y es antioxidante. Entre muchos otros beneficios medicinales.

No sufre de muchas plagas ni enfermedades y ayuda a repeler las plagas indeseadas. Al cultivar orégano en casa puedes consumir una planta orgánica y más natural. Si tienes el cuidado necesario, te durará años.

Aquí te dejo la guía de pasos para sembrar tu planta de orégano.

Siembra Orégano
Paso 1 Al sembrar tus semillas de orégano procura no hacerlo muy profundo, pues podrían tardar en germinar.   También puedes sembrar esquejes de esta planta y obtener resultados más rápido. Se recomienda que siembres las semillas en primavera o a temperatura media. 
Paso 2 Para que tu planta pueda desarrollarse mejor, añade un poco de compost casero a la tierra.
Paso 3 Así como el tomillo, el orégano no necesita un riego en exceso. Puedes hacerlo 1 vez a la semana.   Recuerda no ahogar la planta o llenarla mucho de agua, pues pueden salir hongos que la perjudiquen.
Paso 4 Busca un lugar en tu jardín en el cual le llegue al orégano la luz directa del sol.    Evita las zonas muy oscuras o con poca luz natural. 
Paso 5 Con el uso de las herramientas adecuadas como las tijeras, regadera, pala y aspirador de agua, podrás mantener todas tus plantas en óptimas condiciones. 

Ahora bien, ya sabes cómo iniciar tu propio huerto para principiantes, no esperes más y pon manos a la obra. Atrévete a cultivar más plantas para agrandar tu cultivo y crear el jardín de tus sueños.  Te vas a divertir y aprenderás demasiado sobre los ciclos y dinámicas naturales. 

La posibilidad de tener una vida mucho más saludable tanto física como emocionalmente no se queda atrás. Lo más importante es que aportarás tu granito de arena para el cuidado y la preservación del medio ambiente.