9 tipos de acolchados para tu huerto o jardín y su importancia

Acolchados para las plantas

Sabemos que todo buen amante de la jardinería está siempre en la búsqueda de distintos métodos o técnicas que le permitan mejorar las condiciones de su jardín o huerto.

Por ello, en esta ocasión queremos hablarte sobre los acolchados, una gran herramienta que te puede ayudar a mejorar el suelo para tus cultivos, a cuidar las plantas de las fuertes temperaturas e incluso a tener un consumo más responsable del agua.

Ya sea que quieras usar los acolchados por primera vez o estés buscando otros tipos de mantillos para agregar a tu suelo, necesitas conocer las características que cada uno tiene para que escojas el más adecuado para tu hogar.

Así que, te invitamos a continuar leyendo este blog para que aprendas sobre los acolchados y todos sus beneficios. Además, te diremos 9 distintos tipos entre orgánicos e inorgánicos, para al final enseñarte cómo usarlos efectivamente.

¿Qué son los acolchados?

También llamados mantillos, son diversos materiales que se colocan superficialmente en el suelo para llenarlo de nutrientes, proteger a las plantas o solamente como un elemento decorativo. Sin embargo, más adelante te vamos a especificar bien cuáles son sus beneficios.

Existen 2 tipos de acolchados que puedes implementar en tu jardín o huerto.

Por una parte, están los orgánicos, los cuales están compuestos de materiales que mejoran el suelo a medida que se descomponen. Por ende, a medida que se biodegradan fortalecen la fertilidad, la estructura, la aireación e incluso el drenaje de la tierra. A causa de esto, deben reponerse en cierto tiempo para no dejar el suelo descubierto.

Son una excelente opción al ser la más económica, pues se usan elementos fáciles de conseguir y que muchas veces tenemos en la casa y tiramos a la basura sin darles un segundo uso.

Por otro lado, están los inorgánicos que no enriquecen nutritivamente el suelo, pero cumplen con la función principal de protegerlo. Asimismo, son una alternativa mucho más duradera, pero puede requerir de una mayor inversión.

También, se suelen usar los mantillos inorgánicos como la gravilla o las piedras para dar un toque decorativo con el fin de tener un estilo moderno, o con fines más sostenibles que se aplican perfectamente en los jardines xéricos.

Beneficios de los acolchados en las plantas

  • Ayudan a retener la humedad. Por ende, se conserva el agua por mayor tiempo y esto permite regar con menor frecuencia. Lo cual es ideal en zonas con climas en extremo cálidos o fríos, al igual que para plantas con gustos por la humedad, o simplemente para reducir el gasto hídrico.
  • Reducen el crecimiento de malezas. Seguramente no quieres que crezcan hierbas indeseables en tu huerto que le quiten nutrientes o protagonismo a tus plantas. Para ello, los acolchados limitan el paso de luz y así las malezas no logran germinar o crecer.
  • Mejoran la calidad del suelo. En el caso de los acolchados orgánicos, a medida que se descomponen brindan nutrientes a la tierra que son de gran ayuda para las plantas y para la productividad del sustrato. Por ejemplo, aumentan la capacidad de retención de agua en los suelos arenosos, mientras que mejoran la estructura de los que son arcillosos.
  • Protegen a las plantas. Esto es especial para las plantas que están expuestas a heladas o vientos fuertes, ya que el suelo mantiene una temperatura ideal que protegerá a las raíces de posibles daños. De igual manera, ayudan a mantener la frescura durante el verano, pues actúan como niveladores del microclima que se produce en la tierra.
  • Son un elemento decorativo. Como ya te lo habíamos comentado, algunos mantillos también funcionan para agregar un estilo moderno a tu jardín. Estos suelen ser bastante usados en plantas de interior, pero dan un gran aspecto visual a un jardín de exterior.

7 acolchados orgánicos para tu huerto o jardín

Vamos a empezar con un top 7 de acolchados orgánicos que muchas veces son residuos del jardín y terminan siendo desechados en la basura, o que puedes encontrar con facilidad y a un bajo precio.

Paja

Es de lenta descomposición y gracias a ello te durará por una larga temporada. Es excelente para colocar alrededor de las plantas o sobre el piso descubierto, esto con el fin de controlar el barro lo mayor posible.

De igual modo, funciona como una barrera para los cultivos que dan frutos rastreros, en el sentido que no estarán en contacto directo con la tierra y así estarán menos propensos a pudrirse, contraer una enfermedad o tener una plaga.

También ayuda a conservar la humedad mientras que brinda frescura. Eso sí, no la debes confundir con el heno, el cual se usa principalmente para alimentar el ganado.

Una desventaja que puede tener es que un fuerte ventarrón podría mover fácilmente este material y por ende, se arrastraría. Asimismo, la paja contiene un alto contenido de carbono y por ello roba nitrógeno al suelo.

Recordemos que el nitrógeno es un macronutriente que las plantas necesitan en mayor cantidad para su correcto desarrollo y crecimiento. Por ende, te aconsejamos usar un fertilizante con buen contenido de este elemento (N) para balancear, como es el caso de la Urea.

Aserrín o virutas de madera

Es un elemento bastante sencillo de conseguir en carpinterías y allí muchas veces te lo regalan o lo puedes comprar a un muy bajo precio. También es ideal porque mejora la estructura del suelo al aumentar la capacidad del drenaje y al hacer que retenga más la humedad.

La rapidez de su descomposición varía según el árbol de origen. Por ejemplo, las virutas de madera blanda como el pino suelen descomponerse más lentamente. Además, las virutas del pino tienden a ser un poco más ácidas, por lo que serán espectaculares para las plantas que aman esta característica, como es el caso de las rosas.

Eso sí, al momento de usarlas ya deben estar secas y envejecidas. Pues, si están frescas, van a proporcionar grandes cantidades de nitrógeno mientras se descomponen y habrá un desbalance en el suelo. Esto hará que las plantas tengan deficiencias en nutrientes.

Por lo tanto, ten muy presente este último aspecto para que no se convierta en una desventaja.

Restos de césped y hojas secas

Así es, puedes usar los recortes de césped o las hojas secas para acolchar tus plantas. Lo mejor de este método es que resulta completamente gratis, ya sea que obtengas los elementos de tu propio jardín o salgas a un parque o bosque a recolectarlos.

Hablando específicamente de los restos de césped, no debes usarlos si el pasto ha sido tratado con pesticidas. Esto ya que afectará el crecimiento de las plantas y para nada querrás usarlos en tus cultivos.

Por otro lado, las hojas secas tienen que estar sanas y no debes usar aquellas que estén infestadas con alguna plaga o enfermedad. Claramente, estas deben ser desechadas por completo para evitar propagaciones.

Ambos elementos funcionan muy bien para bloquear el crecimiento de malezas, proporcionar nutrientes y mejorar la condición del suelo. Sin embargo, presentan algunas desventajas.

En cuanto a los recortes de césped, estos tienen alto contenido de agua y por ende se descomponen muy rápidamente. Durante este proceso, tienden a volverse viscosos y desprenden un mal olor. Por ello, lo mejor es no exagerar en el uso y aplicar una capa fina.

Ahora bien, el problema con las hojas es que suelen compactarse y afectar el paso del agua. Sin embargo, para solucionarlo puedes triturarlas con ayuda de la cortadora de césped para agilizar el proceso. De hecho, puedes mezclar las hojas trituradas con los restos del césped y usar ambos elementos como acolchados sin ningún problema.

Cartón

Es probablemente la mejor opción para evitar el crecimiento de malezas ya que les impide la luz y el paso por completo. Para usarlo como acolchado, este no debe estar teñido ni tampoco debe tener alguna grapa u otro material que no sea netamente biodegradable como el cartón.

Puede ser el mantillo orgánico que requiera de mayor trabajo, pues se debe acomodar con cuidado, sobre todo en las partes donde hayas sembrado. No obstante, será perfecto para los pasillos de tu jardín o huerto.

Si hablamos de las desventajas, es un elemento que puede verse poco estético y dañar la armonía del paisaje. De igual manera, esto ya depende de tu percepción.

Adicionalmente, lo más seguro es que necesites colocar otro tipo de acolchado encima para evitar que fuertes vientos lo desacomoden. Por ejemplo, se suele combinar con el compost, del cual hablaremos a continuación.

Compost

Recordemos que el compost es un proceso mediante el cual se descomponen materiales orgánicos para producir un excelente abono natural lleno de nutrientes. Sin embargo, también puedes añadirle otro propósito al usarlo como mantillo.

Para aplicarlo, primero debes asegurarte de que el compost esté por completo descompuesto y así no vaya a ser tóxico para tus plantas. Sabrás que ya está listo cuando parezca tierra y tenga un olor similar a ella.

Claro está que también puedes comprarlo en viveros o tiendas de jardinería, pero hacerlo en tu propia casa saldrá mucho más económico, por no decir que gratis. Si quieres saber cómo realizar este proceso, te invitamos a leer nuestro blog sobre el compost.

El abono no sólo es perfecto para proporcionarle al suelo nutrientes y darles alimento a tus plantas, sino que además mantiene la humedad y protege a las raíces de las temperaturas extremas.

Periódico

Las hojas de periódico ayudan a retener la humedad y también son útiles para limitar el paso de las malas hierbas. En ambos casos, todo depende de una buena capa de periódico, de unas 5 hojas o más, para que no quede de manera superficial.

Igualmente, este tipo de acolchado se suele usar como base para añadir otro encima. Por ejemplo, se colocan unas cuantas hojas de periódico en la tierra y luego se agrega una capa de compost. Esto se realiza con el objetivo de evitar que los fuertes vientos muevan el periódico y así se cumplen todos los beneficios que te mencionamos anteriormente.

Asimismo, el gran punto positivo es darle un segundo uso a este material. No obstante, un inconveniente podría ser la tinta. Así que, usa únicamente periódicos que estén libres de componentes tóxicos y, para ello, consulta si la empresa que los fabrica implementa tintas orgánicas.

Pues, aunque se sabe que en la antigüedad estas tintas provenían del petróleo, actualmente suelen ser a base de soya o de agua. En todo caso, lo mejor es que tengas total seguridad.

Restos de poda triturados

Al igual que otros acolchados que ya hemos mencionado, usar los restos de la poda de tu jardín resulta básicamente gratis. Además, en caso tal de que no tengas plantas arbustivas o con tallos semileñosos, puedes obtener este material en un parque o bosque cercano.

Entre los puntos positivos tenemos que las ramas son de lenta degradación y ricas en celulosa. Por lo tanto, agregan gran cantidad de nutrientes al suelo y a las plantas. Eso sí, deben estar sanas por completo para que no se propague ninguna plaga o enfermedad.

Ahora, si tenemos que mencionar una desventaja, esta sería que se deben triturar los restos de la poda para ubicar sin problemas el acolchado y que estéticamente se vea agradable. Por ende, tendrás que pasar las ramas por una biotrituradora o pedir el favor en algún vivero o centro especializado de jardinería en el cual tengan esta máquina. Incluso, en estos lugares también puedes comprar el producto ya listo.

Finalmente, procura que los restos sean de ramas jóvenes de no más de 2 años. La razón, pasado este tiempo empiezan a perder gran parte de los componentes beneficiosos para el jardín o huerto. Una forma de saberlo es porque son ramas fuertes que mantienen su color vibrante, mientras que las más viejas ya se sienten secas y prácticamente de forma visual se nota la diferencia.

2 acolchados inorgánicos para tus cultivos

Para terminar con el top 9 de acolchados que te estamos presentando en este blog, te vamos a indicar 2 elementos inorgánicos que también puedes implementar si así lo prefieres.

Plástico

El uso de un mantillo de plástico de polietileno es excelente para mantener caliente el suelo durante las temporadas de climas fríos. Esto ya que reduce la evaporación del agua, aunque puede llegar a ser difícil al momento de regar la tierra.

De igual manera, es bueno bloqueando el crecimiento de malezas y tiene una larga duración, pues únicamente debe cambiarse aproximadamente cada año para evitar que se deteriore por el sol. Aunque esto también varía según las condiciones climáticas de la zona en la que habitas.

Sin embargo, se implementa con mayor frecuencia en cultivos grandes que van de la mano de agricultores expertos, ya que requiere de una mayor inversión. Por ejemplo, se debe instalar un riego por goteo debajo del acolchado para regar el suelo correctamente, teniendo en cuenta que el plástico es impermeable y aunque se le realicen agujeros, no pasará el agua en la cantidad necesaria.

Gravilla o piedras

Este es sin duda el acolchado inorgánico más utilizado y el que podemos observar con mayor frecuencia para decoración de jardines exteriores o en pequeñas plantas de interior.

Es claramente un mantillo que se implementa de manera permanente y que no requiere de ninguna renovación. Así que, si cuentas con un extenso jardín, asegúrate de que sea la opción que más te favorece porque luego puede ser difícil y demorado de remover.

Entre los beneficios que otorga el uso de gravilla tenemos el hecho de que ayuda a mantener la humedad, reduce las malezas, mejora el drenaje del suelo y no olvidemos que le da un gran toque estético a la tierra.

Si te estás preguntando por la desventaja, esta podría ser que requiere de una inversión monetaria que varía según el tamaño del espacio por acolchar. Pues, en caso tal que simplemente quieras decorar una que otra maceta o una pequeña zona, nuestra recomendación sería que recolectes piedras de diferentes tamaños en parques u otros lugares. Luego de esto, lávalas y úsalas sin ningún problema.

3 pasos para usar los acolchados

Ya que conoces distintos tipos de acolchados que puedes implementar en tu jardín o huerto, para finalizar queremos explicarte de qué manera debes alistar el terreno para poder usar estos elementos de la forma más adecuada.

1.     Escoger el tipo de acolchado

Antes que nada, debes elegir qué elemento vas a utilizar para acolchar tus plantas. Así que, el mantillo que escojas depende principalmente de los beneficios que buscas obtener de él. Aunque, es claro que también influye el factor económico, la facilidad o no de obtenerlo y usarlo, y qué tan estético se ve.

Pero, no te preocupes, como pudiste notar, existen varias opciones que incluso ya debes tener en tu hogar o que puedes conseguir a un bajo precio y que seguramente te serán de gran utilidad.

2.     Adecuar el terreno

Selecciona la zona que vas a acolchar y ten a la mano tu kit de herramientas de jardinería, esencialmente un rastrillo y unos guantes. Luego, asegúrate de eliminar las malezas presentes, ya sea quitando una que otra manualmente o con ayuda de algún implemento como el rastrillo o una pala si es necesaria.

Asimismo, necesitas labrar la tierra para soltarla un poco y así nivelar el terreno. Aquí puedes usar distintos elementos, pero tanto en espacios amplios como estrechos, nuevamente te será útil un rastrillo o un azadón grande o manual.

Por último, dale un buen riego a la tierra. De esta forma, el mantillo que vas a agregar a continuación empezará a cumplir con la función de mantener la humedad y reducir la evaporación.

3.     Aplicar el acolchado

Ya que tienes todo listo, será el momento de colocar el mantillo que escogiste. Lo recomendado es hacerlo a inicios de la primavera, una vez que han pasado las heladas y las plantas continúan estando inactivas. De esta manera, se bloquea la germinación de las semillas de las malezas.

Adicionalmente, así verás el desarrollo de aquel acolchado que escogiste, notarás su proceso de descomposición (en el caso de los que son orgánicos) y sabrás si en otoño es necesario agregar otra capa para proteger el suelo antes de que llegue el invierno.

Lo que vas a hacer será esparcir uniformemente el mantillo por toda la superficie, pero evita que toque los tallos de las plantas. Esto ya que puede afectarlas en su crecimiento o sofocarlas. Por lo tanto, déjales un espacio libre de al menos 10-15 centímetros.

Ahora, el mantillo ideal debe ser lo suficientemente denso para bloquear las malezas y evitar la rápida evaporación del agua, pero también lo bastante ligero como para permitir que el riego y el aire lleguen al suelo. Entonces, coloca una capa de 4 o 5 centímetros de grosor como mínimo.

Puedes llegar a formar una capa de máximo 10 centímetros, pero únicamente con aquellos elementos que son ligeros, secos y con buena aireación como la paja o el aserrín.

Finalmente, dale un buen riego al acolchado para que se asiente. Sobre todo, en el caso del cartón y el papel periódico y de esta manera evitas que salgan volando o se desordenen por los fuertes vientos.

Recomendaciones finales

Ten presente que el uso del mantillo reduce la frecuencia del riego. Por ende, no debes continuar regando tus plantas de la misma manera que lo hacías antes de colocar la capa protectora, pues esto provocará un exceso de humedad que puede llegar a pudrir las raíces.

¿Qué hacer para no excederse en el riego? Simplemente deja que la superficie esté por completo seca y riega de manera ligera en las épocas más frías y con un poco de mayor abundancia en las más cálidas.

En general, la frecuencia puede ser 1 vez cada semana, aunque depende de las preferencias de tus plantas. Por ejemplo, en este caso nos referimos a las plantas crasas o xerófitas, ya que son variedades resistentes a la sequía. Mientras que, si son plantas que prefieren la humedad como las fittonias y las begonias, el riego puede ser de 2 veces por semana.

Para terminar, esperamos que este blog te haya sido de gran ayuda y que empieces a poner en práctica el uso de acolchados en tu huerto o jardín, para que así aproveches los beneficios que le otorgan a tus plantas y al medio ambiente.

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