9 cultivos de clima frío que puedes tener en tu huerto casero

Cultivo de ajo

Si te encuentras en una zona con temperaturas muy bajas o justo está por llegar el invierno, tal vez tengas dudas de si puedes empezar tu huerto casero.

Nuestra respuesta es: ¡Por supuesto! Existen muchas plantas que se adaptan al frío e incluso prosperan mejor estando en esa temperatura.

Por eso, en esta ocasión hablaremos sobre las características de los cultivos de clima frío. Te diremos qué plantas aromáticas, medicinales y hortalizas son perfectas para las heladas, para así recomendarte 9 cultivos en total con sus respectivos cuidados y procesos de siembra.

¿Qué son los cultivos de clima frío?

Son aquellos que no solo pueden soportar temperaturas frías, sino que también las necesitan para germinar, crecer, dar frutos y madurar. Por lo que estos cultivos incluso se benefician de las heladas ligeras, pues se mejora y se incrementa su sabor.

Dicho esto, si quieres iniciar el proceso de siembra a comienzos del año, es bueno hacerlo lo suficientemente temprano en la primavera para que las plantas puedan completar su ciclo completo hasta la cosecha, antes de que las temperaturas se eleven demasiado.

Pues, a diferencia de los cultivos de ambientes cálidos, aquellos de estaciones frías deben sembrarse para que maduren cuando el clima aún es fresco y antes de que llegue el calor del verano. Sin embargo, también se realiza a comienzos de otoño o invierno, momento en el que la planta desarrolla sus raíces y crece tan pronto como llega la primavera.

De igual modo, más adelante te comentaremos las recomendaciones acordes a cada planta.

4 hortalizas de clima frío para principiantes

Empezaremos con las hortalizas más fáciles de cultivar en climas fríos y que, además, son ideales para jardineros principiantes.

Ajo

Cultivo de ajo

El ajo es una planta ideal para tener en tu cultivo, pues es bastante usado como condimento en la cocina, deseado por sus propiedades medicinales e incluso funciona como repelente de insectos. Además, verás que es fácil de cultivar y requiere de muy poco espacio en tu huerto.

Sus hojas son como un tallo verde y largo que sale del centro de la planta. Mientras que, debajo de la tierra se forma un bulbo firme, el cual puede contener entre 4 y 20 dientes.

Proceso de siembra

Lo ideal es dejar un tiempo antes de que el suelo se congele para que la planta desarrolle buenas raíces, pero no lo suficiente para que forme un crecimiento superior antes de que comiencen las temperaturas más bajas. Dicho esto, es bueno empezar la siembra en otoño, 4 o 6 semanas antes de la primera helada.

Ahora sí, para comenzar separa un bulbo de ajo en dientes individuales, pero sin pelarlos. Te recomendamos usar ajo blanco, que es el perfecto para otoño.

Luego, planta cada diente a una profundidad de 3 centímetros aproximadamente y deja la parte más fina o delgada hacia arriba. Es decir, la parte ovalada tocará la parte inferior del hueco.

El espacio entre cada diente puede ser de 10 a 15 centímetros, mientras que el espacio entre las filas varía entre los 25 y 30 centímetros. Finalmente, para terminar el proceso recuerda darle un buen riego al cultivo.

Cuidados

Para la tierra es ideal que tenga buena humedad, ricos nutrientes y buen drenaje. Para esto te recomendamos usar un sustrato universal y puedes complementarlo con abono o compost orgánico.

Puedes realizar la siembra en macetas con orificios de drenaje, pero dejando un plato justo debajo si no quieres regar tan seguido. También puede ser directamente sobre el suelo, solo ten presente que sea fértil y con buen alimento.

En cuanto a la luz, al ajo le gusta recibir buena iluminación, incluso puedes dejarlo en una zona donde reciba luz solar directa. Allí le irá muy bien.

Si hablamos del riego, es bueno mantener la tierra uniformemente húmeda (no en exceso) durante la temporada de germinación y crecimiento. Si aumenta la temperatura también puedes incrementar un poco la cantidad de agua, pero siempre sin encharcamientos.

También es recomendable dejar secar la tierra unas 2 o 3 semanas antes de la cosecha, ya que durante esta temporada se corre el riesgo de que la humedad fomente el crecimiento de moho.

Cosecha

El ajo estará listo para cosechar cuando la mayoría de sus hojas estén de color marrón. Recuerda que da únicamente una cosecha, por ser precisamente una planta bulbosa.

Al momento de desenterrar los bulbos, ten cuidado de no estrujarlos o magullarlos. Luego, debes dejar que los ajos se sequen durante 2 o 3 semanas en un área con sombra y buena circulación de aire.

Sabrás que ya están listos para ser almacenados cuando su envoltura y raíces estén secas. Luego puedes quitarles la suciedad, las raíces y las hojas. Es importante que los mantengas en un lugar fresco, oscuro y seco para que te duren por mucho tiempo.

Puedes seleccionar algunos dientes de los ajos más voluminosos y mejor formados, para usarlos en tu próxima siembra.

Cebolla

Cultivo de cebolla

La cebolla es un cultivo bastante resistente a las temporadas más bajas y bien sabemos que es un elemento indispensable en la cocina que se usa diariamente. Entre sus variedades están las cebollas blancas, amarillas y rojas. Las más recomendadas para clima frío son las 2 primeras.

Proceso de siembra

Tal cual, como el ajo, puedes empezar en otoño 4 o 6 semanas antes de la primera helada. En zonas con temperaturas bajas habituales, puede ser incluso a finales de la primavera.

Simplemente debes tomar una cebolla, que en alguno de sus extremos tenga un poco de raíz, y las vas a cortar por la mitad de manera horizontal.

El extremo con raíz es el que vas a utilizar para la siembra, mientras que la otra mitad puedes implementarla en la cocina. Vas a ubicar la parte de la cebolla con las raíces hacia abajo y la cubres con un poco de tierra. Recuerda darle un buen chorro de agua.

A los 15 días podrás identificar los brotes que te dio ese pedazo de cebolla sembrado, generalmente son de 2 a 4. El número de brotes es el número de cebollas que posiblemente vas a cosechar. Aproximadamente al mes, cuando los brotes hayan sacado raíz y unos tallos verdes y largos, será el momento de realizar el trasplante.

Para esto, moja la tierra para facilitar la extracción de la planta. Luego con mucho cuidado ve separando cada brote, procurando que cada uno tenga su propia raíz. Finalmente, planta los brotes con buen espacio entre ellos o en macetas separadas.

Cuidados

Usa una tierra suelta y con buen drenaje. Las cebollas necesitan de buen alimento, por lo que, si les brindas buenos nutrientes, desarrollarán bulbos grandes. Si usas sustrato universal será espectacular, pero también puedes optar por tierra normal y la abonas con compost orgánico o humus de lombriz.

La siembra puede ser en macetas, ya el tamaño dependerá de la cantidad de cebollas que vayas a plantar.

También puede ser en camas elevadas, incluso allí podrás realizar el trasplante simplemente dejando más espacio entre los brotes. Ten presente que las camas elevadas o de cultivo son espacios rectangulares y algo profundos que están delimitados generalmente por madera. De esta forma, se controla la tierra en la cual crecen los cultivos y se tiene mayor espacio que en una maceta convencional.

Finalmente, claro que puedes sembrar directamente en el suelo, pero si quieres un cultivo mayor que requiera de más espacio.

Para la luz, la cebolla, al igual que el ajo, prefiere estar al aire libre y en una ubicación donde reciba luz solar directa.

Para el riego, es importante mantener la tierra húmeda para que sus raíces poco profundas puedan tomar agua. Puedes regar la planta cada vez que toques la tierra superior y esté seca.

Si vas a seguir con tu cultivo de cebollas más adelante, es importante que practiques la rotación de cultivos para reducir el riesgo de enfermedades e infestaciones de plagas. Lo que significa, no sembrar en un lugar donde hayas tenido cebollas o ajos en los últimos 2 o 3 años.

Cosecha

Aproximadamente después de 3 meses y medio o 4 meses podrás cosechar tus cebollas, pues ya estarán los bulbos con un tamaño ideal. Sin embargo, la cebolla se puede consumir en casi cualquier tamaño.

La siembra también se puede realizar por medio de semillas, pero el método que te acabamos de mostrar es el que te permitirá cosechar en menos tiempo. Además, solo necesitarás de una cebolla que ya tengas en tu hogar.

Para bulbos de tamaño completo, deja que las cebollas crezcan y maduren. Estarán listos para cosechar cuando las cebollas se van asomando y las puntas comienzan a ponerse amarillas y se caen.

Con ayuda del tallo los vas sacando de la tierra y también deben pasar por un proceso de curación igual que el ajo. Para esto dejas las cebollas en un lugar seco y con buena aireación por al menos 1 semana.

Este proceso secará las raíces y sellará la parte superior de la cebolla para evitar que se pudra. Pasados los días, simplemente limpia las cebollas para quitarles la tierra sin remover la piel que la protege y corta las raíces y el tallo sobrante.

Espinaca

Cultivo de espinaca

La espinaca es de las verduras más resistentes, ya que puede soportar temperaturas de hasta -10° C y se vuelve más dulce a medida que el clima se vuelve más frío. Así que será un elemento ideal para preparar tus ensaladas y disfrutar de todas sus propiedades.

Proceso de siembra

Se puede plantar a finales del invierno o principios de la primavera, al igual que en otoño.

Coloca las semillas en un vaso con agua por unas 2 horas, aquellas que veas flotar debes sacarlas pues son las que no germinarán.

Puedes realizar la siembra directamente en el contenedor o sobre el suelo, pero te recomendamos empezar primero con semilleros para luego realizar el trasplante.

Para esto, puedes reutilizar cartones de huevo. Solo debes realizar un hueco en la parte inferior para ayudar con el drenaje, luego colocas un poco de tierra en cada espacio y pones de 1 a 3 semillas con una profundidad de 2 o 3 centímetros. Dales un poco de agua con ayuda de un rociador.

Aproximadamente en 1 o 2 semanas ya habrán germinado las semillas y las puedes trasplantar a la maceta o al suelo. Lo bueno es que no tienes que sacar la plántula del cartón, solo debes cortar cada sección y la introduces dentro de la tierra.

En el lugar donde las espinacas vayan a continuar creciendo, deja un espacio de 7 a 10 centímetros entre ellas.

Cuidados

Las espinacas también prefieren un suelo nutritivo y con buen drenaje. Así que nuevamente te recomendamos el uso de sustratos universales o para macetas, acompañados de algún abono que le brinde más nutrientes.

Como te comentábamos, puedes utilizar macetas, contenedores más amplios como las camas de cultivo o directamente en el suelo. Ya dependerá de qué tanto vayas a sembrar y los espacios de tu huerto.

En cuanto a la luz, se puede mantener en un lugar con sol pleno o parcial. Sin embargo, en zonas con temperaturas más altas, es importante ubicarlas en sombra.

Para el riego, cuando las semillas están germinando debes regarlas regularmente para asegurar que tengan buena humedad. A medida que vayan creciendo continúa con el riego constante, pero siempre sin encharcamientos.

Entre las plagas que disfrutan comer las hojas de la espinaca, están los pulgones y el ácaro de la araña roja. Sin embargo, las bajas temperaturas en las que se produce este cultivo reducen las probabilidades de la llegada de plagas.

Cosecha

La espinaca solo tarda entre 40 y 45 días en alcanzar el potencial de cosecha. Una vez que veas entre 5 y 6 hojas buenas puedes comenzar a utilizarlas.

Aunque puedes cosechar toda la planta de una vez al cortarla desde la base, también puedes ir quitando una que otra hoja o una capa a la vez. Así permites que las capas internas tengan más tiempo para desarrollarse.

En primavera o cuando las plantas estén a punto de madurar, ya será el momento de retirar toda la planta de una vez, para así disfrutar de las hojas antes de que se vuelvan amargas.

Finalmente, recuerda que debes lavar bien cada hoja antes de usarla.

Zanahoria

Cultivo de zanahoria

Los fríos invernales estimulan a este cultivo a producir más azúcares, que actúan como una especie de anticongelante para proteger las raíces de las heladas. Si bien la parte superior de la zanahoria es resistente a -8° C, las raíces pueden tolerar temperaturas aún más frías.

Proceso de siembra

La mejor manera de cultivar la zanahoria es por medio de sus semillas. Si bien se puede utilizar la cabeza de una zanahoria para producir brotes, estos serán muy pequeños y es difícil que crezcan bien.

Aproximadamente dura 30 días la germinación de la semilla, ésta la puedes sembrar primero en semilleros para llevar un mejor control y luego organizar las plántulas en el lugar donde ya vayan a crecer.

Puedes reutilizar un vaso desechable profundo para el semillero. Allí colocas unas 3 semillas a una profundidad de 2 centímetros, las tapas con un poco más de tierra y les das un buen chorro de agua. Recuerda que es posible que no todas las semillas germinen y, en caso de que sí suceda, lo bueno es que luego al trasplantarlas las puedes separar.

Cuando la plántula haya crecido de 10 centímetros en adelante será el momento de hacer el trasplante. Una vez que tengas el recipiente seleccionado, llénalo aproximadamente hasta la mitad de tierra y mide el brote para que quede bien ubicado.

Luego, con ayuda de una mano ubica la plántula y con la otra ve agregando más tierra por los lados para que quede bien firme. Es importante que quede bien derecha para que se produzca bien el bulbo. Finalmente, no olvides darle una buena cantidad de agua.

Como dato adicional, si estás realizando el cultivo directamente en el suelo, ahí sí debes sembrar cada semilla por separado y procura dejar un espacio de al menos 15 centímetros entre ellas.

Cuidados

Las zanahorias necesitan de un suelo arenoso y suelto. Por lo que en este caso es importante evitar el uso de abonos como el estiércol, pero puedes añadir hojas secas que servirán para brindarle materia orgánica a la tierra.

Precisamente lo ligero del suelo permite que las raíces de la zanahoria crezcan fácilmente sin obstrucciones, para así evitar que el cultivo salga deformado.

Para el recipiente, se puede usar desde una botella o una maceta profunda, hasta camas elevadas o directamente en el suelo. Lo importante es que sea un lugar en el que la planta tenga el espacio suficiente para desarrollarse, pues si llega a tener problemas con este aspecto también se deformará.

Aunque, cabe aclarar que, si bien tu cultivo de zanahorias no sale estéticamente bonito (sobre todo en comparación con las zanahorias de la plaza o supermercados), eso no significa que no vaya a tener buen sabor o que no sea consumible.

Por otro lado, a la zanahoria le va bien en un lugar que reciba luz solar plena, pero también puede ubicarse en sombra parcial. La verdad no es muy exigente en cuanto a este aspecto.

También es importante darle un buen riego, sobre todo porque al ser una planta bulbosa, necesitamos que el agua baje bien e impregne todas las raíces. Por el tipo de tierra es natural que no se formen charcos, así que siempre dale un buen chorro de agua al cultivo de zanahorias.

Cosecha

Sabrás que es el momento de cosechar porque la planta ya ha desarrollado largos y abundantes tallos verdes. Además, podrás ver que ya se nota la cabeza de la zanahoria y su buen tamaño.

Primero afloja bien la tierra con ayuda de una pala o hasta una cuchara. Luego, con apoyo de una mano toma los tallos de la planta y con la otra vas retirando la tierra de los lados. También poco a poco ve haciendo fricción hasta que logres sacar la zanahoria.

Todo el proceso de cultivo de zanahoria, desde la siembra hasta la cosecha, puede tardar unos 6 meses.

3 plantas aromáticas de clima frío

Ahora, queremos explicarte qué plantas aromáticas de clima frío puedes sembrar en tu huerto.

Yerbabuena o hierbabuena

Cultivo de yerbabuena

 (Mentha spicata)

Es una hierba aromática bastante usada en la gastronomía por su aroma y frescura. Se caracteriza por sus hojas verdes y brillantes, además de ser una planta infaltable en los hogares para realizar infusiones.

Proceso de siembra

La mejor manera de empezar una siembra de yerbabuena en tu huerto es por medio de esquejes tomados de una planta adulta. Adicionalmente, el momento ideal para hacerlo es a inicios de la primavera.

Para ello, necesitas tomar un tallo de 10 centímetros en adelante. Algunas personas prefieren dejarlo en un vaso con agua por aproximadamente 15 días para favorecer la ramificación. Sin embargo, también puedes plantarlo directamente en la tierra.

Recuerda quitar las hojas que se encuentren en la parte inferior del tallo, ya que de allí surgirán nuevas raíces.

Al momento de colocar los esquejes en el recipiente donde van a continuar creciendo, puedes colocar varios de ellos de una vez. Así, tendrás una planta más frondosa. Para esto, coloca el esqueje más grande en la mitad y los demás a su alrededor.

Finalmente, dale una buena cantidad de agua a la planta. Como acaba de ser trasplantada incluso puede quedar un poco encharcada.

Cuidados

Puedes usar un sustrato universal o para macetas, ya que le gusta estar sobre tierra fértil y con buen drenaje. También lo puedes complementar con humus de lombriz, cáscaras de huevo o cualquier otro elemento que funcione como abono.

Como es una planta que se reproduce con facilidad, lo más importante es sembrarla en una maceta o contenedor para mantenerla controlada. Sin embargo, es bueno que sea un lugar espacioso para que la yerbabuena pueda expandirse de una mejor manera.

En cuanto a la luz, no necesita de mucho sol para crecer, incluso le irá bastante bien en un lugar con sombra o semisombra, en vez de estar expuesta directamente a los rayos solares.

Necesita recibir un buen riego, incluso es una planta que entre más riegues mayor será su crecimiento. Por lo que, la falta de agua hará que se marchite fácilmente. Así que, es mejor regarla regularmente, sobre todo cuando está en crecimiento.

Si se llega a presentar algún problema con las plagas, puedes realizar podas para mantener la planta limpia y ordenada. También puedes visitar nuestro blog sobre insecticidas caseros para que sepas cómo controlarlas.

Cosecha

Es una planta que podrás ir cosechando cada vez que necesites usarla. Por lo que puedes ir tomando hojitas según las requieras y verás que es una planta que te durará por varios años.

Precisamente por su rápida reproducción y crecimiento, es bueno que dividas la planta aproximadamente cada 2 años para mantenerla saludable. Así tendrás otras macetas con yerbabuena o puedes regalar esta planta a tus seres queridos.

Manzanilla

Planta de manzanilla

Es una planta muy bonita que además te brinda beneficios nutricionales y calmantes, por lo que seguro te será de gran ayuda si la mantienes dentro de tus cultivos.

Existen 2 tipos de manzanilla, la alemana (Matricaria chamomilla) y la romana (Chamaemelum nobile). Entre las dos, la manzanilla alemana produce flores más abundantes, mientras que la romana es conocida por dar flores más fragantes. Sin embargo, sus cultivos son iguales.

Proceso de siembra

Ambas variedades crecen rápidamente pues alcanzan la plena floración en aproximadamente 10 semanas. Dicho esto, es mejor plantarlas a inicios de primavera o después de la última helada de invierno.

Puedes usar semillas o esquejes tomados de una planta adulta. Realmente ambos procesos resultan bastante bien, pero es claro que al usar brotes el procedimiento es más rápido y sencillo.

En cuanto a los esquejes, toma un tallo de unos 10 centímetros o más, que surja de la unión con otro tallo. Es decir, aquellos que forman una Y. Luego, recuerda que debes quitarle las hojas más inferiores.

Ubica cada esqueje en el lugar donde quieras que crezcan y aplasta un poco la tierra para que quede bien firme. Riega la planta y mantén la humedad constante durante unas 2 semanas mientras están en crecimiento.

En cuanto a las semillas, son muy pequeñas así que espárcelas uniformemente sobre una maceta y dales un buen chorro de agua. Luego debes tapar la maceta con papel transparente para que la humedad se mantenga y pueda germinar.

Verás que a la semana ya habrá pequeños brotes. Puedes retirar el papel, pero continúa con el riego constante.

Después de unas semanas, cuando los brotes hayan crecido más, será el momento de trasplantarlos a otra maceta o de organizarlos, por ejemplo, en camas elevadas. Para esto, recuerda humedecer la tierra y retirar con cuidado cada planta, procurando que tengan su raíz.

Cuidados

Para la tierra puedes utilizar sustrato universal o para macetas y recuerda complementarlo con algún abono orgánico casero. Ya que, la manzanilla florece mejor si se cultiva en un suelo rico y orgánico, aunque puede sobrevivir en suelos más pobres, pero sus tallos no estarán tan fuertes.

Puedes tenerla en macetas, camas elevadas o directamente en el suelo. Nuevamente, depende de qué tan grande será tu cultivo de manzanilla. Eso sí, ten presente que se auto siembra por medio de las semillas que arroja por sí sola a la tierra.

Por otro lado, crece bien recibiendo luz solar plena o sombra parcial.

El riego debe ser frecuente durante la temporada de crecimiento de la planta, de ahí en adelante puede ser regular, dejando que la planta se seque un poco entre cada riego. De por sí, es bastante tolerante a la sequía.

Generalmente, la manzanilla no se ve afectada por las plagas. Incluso, es recomendable tenerla en el huerto ya que su fuerte aroma suele mantener alejadas a las plagas.

Cosecha

Es sencillo de reconocer pues se habrán formado sus bellas flores con centro amarillo y pétalos blancos, pero justo cuando la flor empieza a curvearse. Luego podrás usarla para preparar infusiones y tomarlas o aplicarlas para obtener sus beneficios.

Corta las flores con ayuda de unas tijeras de podar y puedes tomar las hojas en cualquier momento. Sin embargo, nunca tomes más de 1/3 de la planta para que continúe floreciendo.

Generalmente, se dejan secar las cabezas amarillas antes de ser usadas para un té. Para esto, solo debes ubicarlas en un espacio con buena aireación por unos cuantos días.

Hinojo

Cultivo de hinojo

 (Foeniculum vulgare)

Es una planta que se usa como hierba y verdura en el mundo culinario, bastante apetecida por su crujiente sabor a anís. Además, que se ha incorporado muy bien en la cosmética por sus excelentes propiedades medicinales.

Proceso de siembra

Puedes comenzar a inicios de primavera o después de la última helada de invierno.

Si bien la siembra se puede hacer por medio de semillas o división, esta última no es tan fácil como en los demás casos. Especialmente, porque el hinojo tiene una raíz más delicada a la que no le gusta ser dividida o forzada.

Dicho esto, te comentaremos cómo sembrarlo a partir de sus semillas. Para ello, debes dejarlas en remojo durante 1 o 2 días para asegurar una mejor germinación. Posteriormente, es preferible sembrar unas cuantas semillas en el lugar donde dejarás que la planta complete su crecimiento. Por lo tanto, realiza varios orificios de 3 o 4 centímetros y coloca 1 semilla por hueco.

Dependiendo del tamaño del recipiente puede variar la cantidad de semillas por sembrar, lo bueno es que tengan un espacio de 10 a 15 centímetros entre ellas. Para terminar, riega bien la tierra.

Cuidados

Le gusta estar en un suelo rico en nutrientes, húmedo y con buen drenaje. Puedes utilizar, por ejemplo, suelos arenosos o arcillosos y abonarlos orgánicamente.

Para la maceta, puedes usar una que tenga orificios de drenaje, pero le dejas un plato en la parte inferior que ayude a mantener la tierra húmeda por más tiempo.

En cuanto a la luz, el hinojo crecerá perfectamente en una posición a pleno sol o en sombra parcial.

Para el riego, este puede ser más constante al inicio de la germinación y el crecimiento de la planta. Posteriormente, puedes bajar un poco la regularidad, siempre y cuando mantengas la tierra húmeda.

Puede llegar a presenciar uno que otro gusano. Para deshacerte de esta plaga, lo mejor es revisar tu planta en la noche y retirarla manualmente.

Cosecha

Las hojas del hinojo se pueden ir cosechando en cualquier momento durante la temporada de crecimiento. Incluso, esto provoca que la planta se vuelva más arbustiva, lo que le significa que te permitirá tener más cosechas.

Sin embargo, asegúrate de no recortar más de 1/3 de la planta cuando la coseches.

Si quieres cosechar el bulbo, lo ideal es cortar regularmente los tallos para favorecer su desarrollo. Cuando veas que ya se empieza a asomar, podrás utilizarlo. Esto sucede en un periodo aproximado de 3 meses y medio.

Por otro lado, si no deseas cosechar las semillas o quieres evitar que la planta se vuelva a sembrar, lo mejor es cortar las flores en cuanto florezcan.

2 plantas medicinales de clima frío

Finalmente, te vamos a recomendar 2 excelentes plantas medicinales que puedes sembrar en temporadas frías porque se adaptan bien a ellas.

Sábila

Planta de sábila

(Aloe barbadensis miller)

La sábila o aloe vera es una planta espectacular para tener en el huerto por su infinidad de propiedades medicinales, su fácil cuidado y su buena resistencia ante los factores climáticos.

Proceso de siembra

Puedes iniciar el proceso a finales de primavera. Si en tu lugar de residencia las zonas son demasiado bajas en invierno, es bueno que consideres tener tu planta en maceta para llevarla al interior de tu hogar, pues soporta el frío, pero no necesariamente las heladas.

La mejor manera de tener sábila en tu huerto es por medio de esquejes de brotes. Si bien se pueden usar las semillas, ya sabemos que es un proceso más demorado y que no siempre resulta exitoso.

Por lo tanto, necesitarás pequeños brotes que van creciendo alrededor de la planta madre. Si no cuentas con una planta de sábila, puedes comprarla fácilmente en un vivero o en tiendas de jardinería. No necesita ser muy grande y le sacarás mucho provecho.

Al retirar los brotes es bueno que tengan algo de raíz, sin embargo, esta planta se ramifica fácilmente. Posteriormente, planta los esquejes en una maceta o directamente en el suelo, dejando un buen espacio entre ellos de al menos 30 centímetros.

Para que queden bien posicionados, sostén el esqueje con una mano y con la otra añade tierra a los lados. Luego, usa tus dedos para presionar un poco la tierra y asegurar que el brote haya quedado bien firme.

Como siempre, termina el proceso regando la planta.

Cuidados

Para la tierra puedes utilizar sustrato para suculentas o cactus, ya que la sábila no soporta la humedad y necesita un suelo con buen drenaje y aireación. Puedes agregar cáscaras de huevo trituradas a la tierra y será espectacular para la planta.

Puedes realizar la siembra en macetas con orificios o usando piedras o carbón vegetal en el fondo para ayudar al drenaje. Si vas a plantar directamente en el suelo, igual puedes preparar la tierra con algo de perlita o vermiculita para evitar el exceso de humedad.

Para la luz, es preferible que reciba luz solar indirecta o semisombra, pero con buena iluminación. Pues si está expuesta directamente a los rayos solares, se pueden quemar sus hojas.

El riego debe ser profundo, pero con poca frecuencia. Es decir, la tierra debe sentirse húmeda después de regar, pero debe dejarse secar hasta cierto punto antes de volver a regar.

Aquí la mejor manera es introducir un palillo o palo de pincho en la tierra. Si sale untado con restos de tierra es porque sigue estando húmeda. Mientras que, si sale completamente limpio, será el momento de darle agua a la planta otra vez.

Cosecha

Las hojas que se usan de la sábila son aquellas que están de primeras de abajo hacia arriba. O sea, las que están más cerca de la tierra. Precisamente porque son las que ya tienen su base gruesa y dejaremos que las demás hojas se terminen de formar.

Así que, para extraer la hoja solo debes realizar un pequeño corte con ayuda de un cuchillo. Lo harás en un extremo cercano al tallo y con tu mano irás jalando la hoja suavemente moviéndola de lado a lado. Ella saldrá sin esfuerzo.

Si deseas saber más acerca de los usos medicinales de esta planta y de cómo extraer su gel, te invitamos a visitar nuestro blog de todo lo que debes saber sobre el Aloe vera.

Ortiga

Planta de ortiga

(Urtica dioica)

Si bien es considerada una maleza por sus pelos urticantes que producen ardor e inflamación, es una planta que posee gran cantidad de nutrientes y vitaminas. Por lo que no te arrepentirás de tenerla en tu huerto.

Proceso de siembra

Comienza el proceso de siembra 4 o 6 semanas antes de la última helada. Su cultivo se da por medio de semillas, aunque también se puede realizar por medio de esquejes.

Para los esquejes el procedimiento es el mismo que en otros casos. Solo debes tomar un tallo de una planta adulta, quitar las hojas inferiores y sembrarlo en una maceta.

Mientras que, por medio de las semillas, solo tendrás que poner varias al tiempo en la maceta, verás que son muy pequeñas y no todas logran germinar. Luego las cubres con una fina capa de tierra y les das un buen chorro de agua.

Dependiendo de cuántos brotes hayan germinado, puedes dejar la planta en esa maceta y que crezcan allí juntos. Si ves que les hace falta algo de espacio, realiza el trasplante a nuevos contenedores.

Recuerda siempre proteger bien tus manos al manipular esta planta para que no te lleves una molestia.

Cuidados

La ortiga no es para nada exigente, por lo que puedes usar cualquier tipo de tierra que tengas al alcance y la abonas con estiércol o humus de lombriz. ¡Eso le encantará!

Te recomendamos usar macetas o contenedores para tener esta planta en tu jardín o huerto, ya que se auto siembra y puede ser invasiva. De esta manera, la podrás mantener controlada.

Le va bien en un área que tenga mucha luz solar, aunque también se puede tener en un espacio con sombra parcial.

El riego puede ser constante con el fin de mantener la tierra húmeda. Como siempre, lo mejor es no generar encharcamientos.

De por sí, mantener viva la ortiga no suele ser un problema. Es una de las plantas que prospera a pesar de la negligencia. Incluso, recuerda que es una “mala hierba” y muchas personas luchan por erradicarla.

Otro aspecto positivo, es que nunca sufrirá problemas de plagas. Asimismo, ayuda a evitar la aparición de plagas en cultivos cercanos a ella.

Cosecha

Antes que nada, debes usar unos guantes de jardinería para proteger tus manos de los pelos urticantes. Posteriormente, recolecta las hojas grandes y sanas e introdúcelas en un recipiente. Además, puedes optar por tomar la raíz que también cuenta con propiedades medicinales.

Luego solo necesitarás hervir las hojas y las raíces para poder usarlas según lo prefieras o necesites.  Y no te preocupes que, al realizar este procedimiento, ya no serán tóxicas o nocivas para tu salud.

Consideraciones finales

Como dato para tener en cuenta, es importante que en todos los cultivos deshierbes y elimines las malezas que vayan creciendo sin tu consentimiento alrededor de las plantas. Especialmente es importante para que no les roben nutrientes a tus queridos cultivos.

También recuerda que, para conseguir las semillas o los esquejes, puedes ir a floristerías, semilleros o viveros locales, almacenes con secciones de jardinería o directamente a través del intercambio con agricultores de la zona.

Para terminar, esperamos que este blog te haya sido de gran utilidad para conocer sobre el proceso de siembra y cuidados de estas plantas de clima frío. Además, si vives en un lugar con temperaturas frías constantes, qué mejor que sepas lo que puedes cultivar.

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