¿Te gustaría tener en tu casa diversos tipos de plantas? Existe una gran variedad tanto para consumir como para decorar. No esperes más para tener las plantas que le darán vida y un aspecto muy llamativo a tu hogar.
En este blog encontrarás 5 tipos de plantas para interiores. Te contaré sobre las características de cada una, los cuidados que necesitan y cómo debes sembrarlas. No esperes más para tener las plantas que siempre has deseado en tu casa.
Contenido
¿Por qué tener plantas de interior?
Estas plantas son aquellas que a lo largo del tiempo se han ido adaptando y cultivando en un ambiente no natural y en condiciones especiales. Las circunstancias en las que viven las personas hoy en día, como el estrés de la ciudad, la contaminación del aire, entre otros, han provocado un incremento en el interés por tener un trozo de naturaleza en el hogar.
Además, tener plantas en casa puede ofrecer grandes beneficios aparte de que le darán color y vida a tu vivienda.
Beneficios
- Funcionan como aromatizantes naturales, de esta manera podrás evitar el uso de aromatizantes artificiales que pueden no ser muy duraderos y grandes contaminantes.
- La variedad de formas, texturas y colores que tienen las plantas de interior, te permitirán hacer combinaciones en tu hogar y conseguir unos efectos de decoración muy satisfactorios.
- Cuentan con una amplia gama de especies y variedades con grados de dedicación diferentes. Esto te ayudará para saber qué plantas escoger según el tiempo que dispongas y les quieras dedicar.
- Mejoran tu estado anímico. El cuidar, regar, podar, ver crecer y florecer tus plantas te puede ayudar a reducir condiciones como la depresión.
- Purifican el aire, pues por medio del proceso de la fotosíntesis absorben el dióxido de carbono y lo convierten en oxígeno. De esta manera se crea una energía limpia la cual es necesaria para el proceso respiratorio. Además, reducen la contaminación y combaten la polución absorbiendo gases nocivos para transformarlos en nutrientes y mejorando el aire que respiras.
- Las plantas al humedecer el aire, ayudan a que la humectación de la piel mejore.
- Pueden brindarte relajación ya que los colores, el aroma de las flores y las plantas verdes, influyen en el aspecto emocional. Los colores llamativos de las flores transmiten energía y las plantas verdes con tonalidades más suaves proporcionan relajación y tranquilidad. De esta manera también puedes aumentar el nivel de concentración y mejorar la creatividad.
Cuidados que debes tener en cuenta antes de sembrar tus plantas
Para que tus plantas de interior estén en óptimas condiciones, debes tener en cuenta los cuidados que necesitan. Estos se dividen en la iluminación, temperatura, humedad, riego, abonos, sustrato y trasplante.
Iluminación
La luz es un factor fundamental para tus plantas pues gracias a ella pueden realizar el proceso de fotosíntesis. Sin la luz necesaria corren el riesgo de no poder transformar los nutrientes en materia orgánica, no podrán crecer y eventualmente morirán.
Pero no te alarmes, aunque requieran de luz natural, no necesariamente debe ser directa en la mayoría de los casos. Las plantas en su hábitat natural crecen a la sombra de otras y al cultivarlas en el interior puedes brindarles la claridad que necesitan, tal como sería en su ambiente natural.
Ten en cuenta que, a pesar de no ser una luz solar directa, hay plantas, de hojas grandes y colores oscuros, que necesitan más iluminación que otras, de hojas más claras o con manchas de color crema.
Es importante que tengas en cuenta la estación del año y la hora del día, pues la intensidad de luz cambia. Algunas plantas necesitan de 12 a 16 horas de luz para crecer y florecer y se les llama plantas de día largo. Otras, las plantas de día corto, pueden desarrollarse y florecer con menos de 12 horas de luz.
Se recomienda girar las plantas al menos 45° cada 3 o 4 días para que todas sus hojas puedan recibir un poco de luz. En caso de que te vayas de vacaciones, no las olvides, recomienda su cuidado a un amigo o familiar mientras regresas.
A continuación, te indicaré cómo puedes ubicar las plantas en tu casa para que reciban la iluminación que necesitan.
- Plena luz: ideal para plantas que requieran de una buena cantidad de iluminación y que puedan soportar luz directa. Se deben ubicar cerca de las ventanas que reciban buena luz solar y con la ayuda de una cortina puedes reducir un poco la intensidad de luz durante las horas de sol.
Estas pueden ser plantas con flores o especies como las bromelias, las cuales reciben una cantidad de iluminación considerable en su hábitat natural.
- Luz indirecta: en lugares con esta característica pueden colocarse plantas que necesiten de una iluminación normal. Estas son especies de follaje usualmente verde intenso.
Puedes ubicarlas en una habitación que tenga buena iluminación, pero la planta no debe estar cerca a la ventana ya que podría quemarse.
- Penumbra: esta es la ubicación de preferencia para aquellas plantas que requieren de muy poca luz. Pueden ser colocadas en habitaciones con luz tenue, en pasillos o baños.
Es recomendable que reciban algo de luz natural pero no en exceso. El lirio de la paz es una planta que va muy bien con esta ubicación.
Temperatura
Buena parte de las plantas de interior son procedentes de zonas tropicales o subtropicales, es por esto que la temperatura apropiada para tenerlas en casa está entre los 15 y 21 °C. Un punto a favor es que pueden tolerar unos grados por encima o debajo del rango.
Un factor que puede ser perjudicial para tus plantas es la calefacción durante el invierno. Si bien aumenta la temperatura, no aumenta la humedad ambiental y tus plantas pueden sufrir daños graves.
Puedes regarlas con agua templada para evitar que sean sometidas a cambios bruscos de temperatura. Además, debes evitar las corrientes de aire en los días más fríos y no sacar las plantas al exterior, pues se pueden ver afectadas.
Humedad
La humedad es la cantidad de vapor de agua contenida en el aire. Esta es una característica que va de la mano con la temperatura ya que, si esta sube, la planta necesitará un mayor grado de humedad y si baja, requerirá un ambiente seco.
La mayoría de las plantas necesitan un 40% de humedad y las plantas como los cactus o las crasas, requieren de un 30% de humedad en ambientes más secos. Puedes medir la humedad de tu casa o del lugar en el que vas a ubicar tus plantas con un higrómetro. Estos pueden ser análogos o digitales.
En las casas que están ubicadas en zonas de clima seco o que dispongan de calefacción para el invierno, la cantidad de agua en el ambiente disminuye. Es por esto que se recomienda tomar precauciones para evitar daños en las plantas.
Puedes instalar aparatos humidificadores, reunir varias plantas en un mismo lugar para que creen un microambiente adecuado, sembrar las plantas en sustratos con turba o musgo humedecidos, entre otros.
La falta de humedad debilita las plantas, las puntas de las hojas pueden volverse marrones o arrugarse, sus flores y hojas se pueden desprender, las plantas se vuelven muy sensibles. Mantén la humedad de tus plantas en el nivel adecuado y no tendrás preocupaciones.
Riego
No solo debes mantener la humedad en el ambiente, también debes regar tus plantas. Es algo sencillo, pero requiere de atención ya que cada planta tiene una necesidad de agua distinta. Si te excedes, provocarás que las raíces de la planta se pudran.
Con la experiencia te acostumbrarás y conocerás mejor las necesidades de tus plantas. Sin embargo, puedes tener en cuenta las siguientes indicaciones por si aún no eres experto en el tema.
Menos necesidad de riego:
- Si la temperatura es baja
- Si el sustrato es rico en materia orgánica
- Si las platas están sembradas en macetas de plástico ya que no transpiran a través de este material
- Si tienen hojas gruesas como las suculentas
- Si se han cambiado hace poco de maceta
Mayor necesidad de riego:
- Si la temperatura es muy elevada, en verano y primavera
- Si el sustrato es rico en arena y pobre en materia orgánica
- Si las macetas son de terracota ya que el agua se evapora a través de sus poros
- Si las hojas de las plantas son finas y grandes porque transpiran más y pierden más agua
- Si las plantas son procedentes de zonas pantanosas y marismas
Se recomienda regar las plantas en la mañana cuando es más suave la temperatura. Regar tus plantas al medio día puede ser perjudicial ya que es el momento más caluroso del día y provocaría un shock térmico a la planta.
También debes evitar regar las plantas de noche porque conserva la humedad hasta el día siguiente y esto puede provocar hongos. Asimismo, el agua que utilices para el riego debe estar tibia, puede ser agua lluvia o debes dejar reposar el agua de grifo.
Si te vas de vacaciones y no hay quien cuide la planta, puedes utilizar un sistema de autorriego. Agrupas tus plantas en un lugar que tenga luz, sea fresco o cálido. En un recipiente agregas agua y lo ubicas en un nivel superior al de las plantas, unos 10 cm.
Introduces en el recipiente el extremo de un cordón y el otro extremo lo entierra en el sustrato de la planta a 2 o 3 cm de profundidad. Debes usar un cordón por cada planta.
Por último, debes evitar dejar tus plantas encharcadas o sumergidas en agua porque provocará que las raíces se pudran y la planta se muera.
Abonos
En su ambiente natural las plantas reciben los nutrientes que necesitan para crecer del sustrato y la atmósfera en la que se encuentran. Sin embargo, al tener las plantas al interior de la casa en una maceta, no pueden tomar la materia orgánica a su alrededor.
Es por esto que debes ayudarles y brindarles los nutrientes que necesitan utilizando abono. Puedes utilizar materia orgánica, que es el compost con los desechos orgánicos de tu hogar.
También puedes usar materia inorgánica que son las sales minerales, las cuales contribuyen con la floración, fructificación y el crecimiento de tu planta. En caso de que no tengas el suficiente tiempo o espacio para tener tu compost, puedes comprar abono líquido.
Los encuentras en el mercado o en viveros y los puedes administrar junto con el agua para el riego. En el envase te indican las dosis que debes aplicar para tus plantas.
Puedes encontrar diversas presentaciones de abono en el mercado, lo importante es que sigas las indicaciones del producto. Así evitarás ocasionar posibles quemaduras y otros problemas a tus plantas.
El abono contiene macronutrientes como el nitrógeno, fósforo y potasio, beneficiosos para el desarrollo de las plantas. Y contiene pequeñas partes de micronutrientes como el hierro y azufre, que también aportan lo necesario para tus plantas. Son en total 14 elementos los que componen los micronutrientes.
Si tus plantas no cuentan con el abono necesario puede presentar síntomas como el crecimiento lento y desvaído, hojas pequeñas amarillentas, flores escasas y posibles pérdidas de hojas inferiores.
Sustrato
El sustrato es la mezcla de tierra y otros materiales que contienen sales minerales y materia orgánica. Como sabes, es donde vive la planta y, además, es su fuente de alimento.
Cumple las funciones de retener agua, aire y le proporciona anclaje a la planta. En las macetas, la cantidad de nutrientes se va empobreciendo, por eso se debe agregar abono.
Es importante que cultives tus plantas de interior en tierra ya preparada para evitar agentes nocivos o semillas de otras plantas.
Existe una gran variedad de sustratos en el mercado, debes encontrar el adecuado para cada planta. Buena parte de ellos está formada por turba junto con humus, tierra vegetal, abono, elementos aireantes como perlita, vermiculita o arena.
Estos son los componentes de los sustratos:
- Humus: es la materia orgánica en descomposición. Se constituye por restos vegetales y es el elemento principal que aporta nutrientes a la planta.
- Arena: proporciona porosidad al sustrato, le quita densidad y compactación. Permite que el oxígeno y el agua lleguen hasta las raíces y evita el encharcamiento de la planta.
- Fertilizante: abono que aumenta la cantidad de nutrientes.
- Vermiculita: es el material inorgánico. Absorbe y retiene el agua y los nutrientes.
- Perlita: es un componente muy poroso, inerte y de color blanco. Funciona como relleno de sustratos y aumenta la porosidad del mismo.
- Estiércol: es materia orgánica fermentada que aporta nutrientes a las plantas.
- Corteza de árbol: son trozos de corteza triturada y fermentada que retienen el agua y el fertilizante.
Hay 2 tipos de sustrato que combinan los componentes mencionados anteriormente:
- Sustrato vegetal o humus: o mantillo, es una tierra rica en sustancias orgánicas. Contiene turba, arena y abono, además de humus. Se recomienda usarlos pasados unos 3 meses de obtenida la planta.
- Sustrato de turba: usualmente en este sustrato vienen las plantas recién compradas o lo puedes usar para sembrar las semillas de tus plantas. Es ligero y económico y proporciona humedad a la planta.
Suele ser muy ácido por lo que lleva un corrector de acidez. Es recomendable que el sustrato de turba sea lo más neutral posible.
Los sustratos, casi siempre, incluyen algún tipo de fertilizante, así como también vermiculita o perlita. El fertilizante se libera más rápido en el sustrato que en la tierra vegetal y se considera que puede aplicarse a la planta después de 6 semanas.
Trasplante
Habitualmente, las plantas de interior se cultivan en macetas y allí desarrollarán sus raíces. Para que las raíces tengan el espacio y los nutrientes suficientes necesarios para alimentarse, se deben trasplantar con cierta frecuencia a macetas más grandes.
La rapidez del crecimiento de las plantas determina la frecuencia con la que deben trasplantarse. Se recomienda hacer este proceso en primavera.
¿Cómo saber si tu planta necesita un trasplante?
- Cuando sus raíces empiezan a aparecer por los orificios de drenaje de la maceta.
- Cuando sobresalen en la superficie.
- Cuando la tierra se seca rápidamente.
- Cuando la planta no se desarrolla con normalidad.
La maceta que uses para trasplantar debe ser por lo menos 2 dedos más grande que la anterior y debe estar muy limpia. Usualmente el trasplante se hace al año o cada 2 años.
Si la planta ya alcanzó su tamaño máximo o la maceta es lo suficientemente grande, no será necesario hacer trasplante. En lugar de eso, se recomienda sustituir la capa superficial del sustrato de la maceta, alrededor de 3 o 5 cm. Utiliza tierra con un aporte de fertilizante.
En caso de que la planta no haya desarrollado muchas raíces o es de preferencia tenerla en una maceta pequeña, debes hacer un replante. Sacas la planta de la maceta, recortas un poco el cepellón (que es la masa de tierra que se deja adherida a las raíces) y la vuelves a poner en la maceta. Rellenas con un poco de tierra nueva y con abono.
Top 5 de plantas de interior
Ahora ya sabes los aspectos más importantes que debes tener en cuenta para mantener y cuidar tus plantas de interior. Así que aquí te dejo el top 5 de plantas que amarás tener en tu hogar.
Begonia
Es un género muy amplio y comprende más de mil especies, las cuales se dividen en 3 grupos según el tipo de raíces: rizomatosas, tuberosas y fasciculadas. Sin embargo, cada variedad de begonia tiene alguna característica en común, hojas asimétricas o flores masculinas y femeninas.
Estas son plantas perennifolias, es decir, que tienen hojas todo el año. Puede haber begonias con flores dobles o sencillas y predominan colores como: el rojo, amarillo, blanco y rosado.
- Cultivo
Las begonias rizomatosas (que su tallo es horizontal y subterráneo) pueden ser expuestas a la luz, pero no directamente. La temperatura ideal para este tipo de begonia es de 15 °C. Puedes ubicarlas cerca de una ventana.
Debes regarlas 1 o 2 veces por semana, y si hace mucho calor, puedes hacerlo más seguido. Siempre es importante regarlas con moderación para evitar que se encharquen.
Suministra fertilizante líquido o abono rico en potasio cada 2 semanas para ayudar con su crecimiento. Las puedes trasplantar en primavera y se recomienda utilizar sustrato de turba. La maceta debe tener un buen drenaje.
Las begonias fasciculadas (o fibrosas) necesitan luz solar pero no directa. Puede crecer de manera adecuada si se maneja una temperatura de 15 °C. Si es mayor de 20 °C, debes ubicarla en la sombra.
El ambiente para esta begonia debe ser ventilado, pero sin corrientes de aire. Puedes regarla 1 o 2 veces por semana o un poco más si es muy alta la temperatura.
Se recomienda que retires las hojas y flores marchitas para que no afecten a las demás hojas y flores de la planta. Durante abril y septiembre puedes abonar tu planta con fertilizante líquido, o el de tu preferencia, cada 2 semanas.
Las begonias tuberculosas (de tallo o raíz gruesa) pueden crecer adecuadamente en un lugar luminoso, sin ser expuestas al sol. Sin embargo, debes reducir los riegos en otoño hasta suspenderlos por completo cuando las hojas empiecen a caer.
Ahí es cuando extraes los tubérculos de la tierra para volver a sembrarlos y de esta manera reproducir la planta. Debes conservarlos en una cajonera con turba seca y en un lugar fresco y aireado a 15 °C. De esta manera no se van a marchitar y podrás sembrarlos en primavera.
Para su siembra, debes tenerlos a una temperatura de 18 a 20 °C y cuando ya tengan raíces los puedes trasplantar en macetas individuales. En este proceso se recomienda usar sustrato vegetal o mantillo fértil en macetas de 15 a 20 cm.
- Precauciones
Es fundamental que tengas cuidado con los riegos y la temperatura ambiental. Tus begonias pueden perder vigorosidad si son expuestas a altas temperaturas o a excesos de riego.
Puedes ubicarlas en lugares frescos sin exposición directa al sol porque puede provocar quemaduras, deshidratación y finalmente la muerte de tu planta.
La planta podría sufrir de mohos y parásitos, asegúrate de que se seque lo suficiente y aumenta la ventilación, sin corrientes de aire.
Calceolaria
Estas plantas se caracterizan por la forma de sus flores, pues tiene un aspecto similar al de una zapatilla. Buena parte de las especies de esta planta es herbácea y se han escogido algunos híbridos perfectos para adaptarse en interiores.
Las plantas calceolarias se cultivan para interiores y son bienales. Esto quiere decir que florecen 1 año después de ser sembradas y mueren. Existe la opción de que las compres adultas, pero pueden durar pocos meses.
Se caracterizan por sus colores llamativos e intensos como el amarillo o naranja. En los pétalos de la flor se distinguen unas pecas de colores más fuertes y con aspecto de salpicaduras. Tiene hojas anchas y de un verde intenso y su tamaño va entre los 30 y 60 cm.
- Cultivo
El cultivo de estas plantas es por medio de semillas que se siembran en una cajonera cercana a una ventana cálida. Debes esparcir las semillas en el sustrato y luego cubrirlas con un periódico. Así estarán a oscuras hasta que germinen.
El sustrato, junto con el ambiente deben ser húmedos durante el proceso de siembra, el cual se realiza de marzo a junio. Cuando empiecen a salir las plantas debes retirar el papel periódico.
Durante los meses de agosto y septiembre, ya podrán ser manipuladas. En este momento debes trasplantarlas a macetas de 7 a 10 cm. Es importante usar un mantillo (sustrato) fértil para garantizar su desarrollo.
Los riegos que se hacen en primavera y verano son para evitar que la superficie del mantillo esté seca y serán 3 veces por semana. Es importante que el sustrato no esté demasiado seco ni demasiado mojado. Se debe mantener el aire fresco y la temperatura de 13 °C.
Se recomienda aplicar fertilizante líquido o el de tu preferencia cada 2 semanas. Puedes poner tu planta en la penumbra o protegida del sol y con una buena humedad en el ambiente. Así podrás garantizar su buen crecimiento.
Las flores que se van marchitando las puedes cortar para que tu planta siempre se vea hermosa. Por otro lado, en otoño e invierno, se recomienda para las plantas una temperatura de 7 °C y riegos suficientes para que el sustrato se mantenga húmedo, serán cada 4 o 5 días.
- Precauciones
Tu planta debe estar ubicada en lugares frescos y luminosos, sin corrientes de aire y sin luz solar directa. Si se exponen a estas condiciones, sus hojas se volverán amarillentas y con bordes marrones.
Ten cuidado en los ambientes muy cálidos, tu planta podría ser afectada por el pulgón verde. Un buen insecticida te ayudará a combatir esta plaga y evitar que vuelva a aparecer.
Planta de jade o crásula
Este género de plantas reúne alrededor de 150 especies anuales y perennes. Son plantas que se adaptan a diversos ambientes. Estas son plantas suculentas y cuentan con diversas formas.
Buena parte de estas plantas son de hábito erecto, sin embargo, también se encuentran matosas, rastreras y trepadoras. Sus hojas están generalmente opuestas entre sí y recubiertas por vellos o una capa cerosa.
Las hojas y los tallos de esta planta son carnosos y acumulan agua. Sus flores tienen forma de estrella y pueden ser muy pequeñas o muy llamativas. Por su aspecto elegante, se utiliza bastante para la decoración de interiores.
Su tamaño varía entre los 30 a 90 cm aproximadamente. Es una planta que se destaca por tener un color verde y algunas veces rojizo. Las flores pueden tener un color blanco o palo de rosa.
- Cultivo
Puedes cultivar la planta de jade con esquejes o semillas. En cuanto a los esquejes, debes tomarlos de la planta adulta con una longitud de 10 a 15 cm y con 2 o 3 pares de hojas. Dejas que la superficie del tallo se seque y lo siembras a 5 cm de profundidad en una mezcla de arena y turba.
Puedes hacer este proceso entre mayo y julio. Lo importante es que mantengas el sustrato mínimamente húmedo y a una temperatura de 21 °C.
En cuanto a las semillas, puedes sembrarlas en un semillero con 1 parte de sustrato arenoso y luego aplicas 2 partes de mantillo. Tanto para sembrar las semillas como para su trasplante.
Esto es importante para que las plantas tengan un buen drenaje. Puedes hacerlo en mayo o en octubre.
Es vital que el sustrato esté húmedo y a temperatura de 15 a 21 °C. Cuando hayan crecido lo suficiente para su manipulación. Las debes trasplantar en macetas individuales. Y si las raíces han crecido demasiado, puedes volver a trasplantar a una maceta más grande.
El riego será abundante de abril a mayo y únicamente cuando el sustrato esté seco. Debes empapar el mantillo, dejas escurrir el agua y cuando se seque, repites el proceso.
Las macetas ideales para estas plantas son bajas y de aproximadamente 15 cm de diámetro. Se recomienda que las ubiques en lugares soleados, a una temperatura de 21 °C. Recuerda no regar las plantas en los momentos más calurosos del día ya que podrían morir.
De abril a agosto es recomendable que abones la planta con fertilizante líquido (2 gotas en el agua del riego) o el de tu preferencia. Esto se debe hacer 1 vez por semana.
Desde septiembre puede reducir el abonado hasta suspenderlo por completo en noviembre. Durante noviembre hasta mediados de marzo mantén las plantas secas. Y en noviembre asegúrate de que tengan una temperatura de 13 °C. Así lograrás que florezcan en primavera.
- Precauciones
Recuerda no excederte en los riegos, pues se podrían pudrir los tallos y las hojas. Es importante que el agua no esté estancada, sobre todo cuando hace frío. Además, se recomienda dejar secar el mantillo entre un riego y el próximo.
Evita las corrientes de aire frío, esto puede causar la caída de las hojas. Ten cuidado con plagas como la cochinilla algodonosa, esta puede afectar a la planta.
Puedes eliminarla con insecticidas sistémicos o con un algodón empapado con alcohol desnaturalizado.
Echinopsis
Las especies de este género son cactus que pueden alcanzar notables dimensiones e incluso, tomar un aspecto arbóreo. Son fáciles de sembrar y pueden florecer en ambientes luminosos y soleados.
Su tronco es alargado y globoso, además pueden tener un recorrido de costillas espinosas. En estas costillas se encuentran las protuberancias espinosas, de las cuales emergen espinas en forma de estrella.
Estas plantas producen una abundancia de flores perfumadas y de colores que varían en las tonalidades del rosa. Se abren de noche y media hora después de la puesta del sol. Pueden durar toda la noche y el día siguiente.
- Cultivo
En un semillero siembra las semillas y cubre con una fina capa de sustrato para cactáceas. Mantén las semillas a la sombra y con humedad hasta que puedan germinar. Deben estar a una temperatura de 18 a 24 °C.
Si las raíces ocupan todo el semillero, debes trasplantar la planta, de preferencia, en primavera. Usa un sustrato para cactáceas o un mantillo mezclado con arena gruesa.
En verano es importante que tengas la planta en un lugar luminoso y expuesta al sol, con una temperatura de 15 a 24 °C. Debes regarla dejando secar el sustrato entre un riego y el siguiente sin que se estanque el agua.
Durante abril a septiembre se recomienda abonar la planta cada 3 o 4 semanas. Puedes utilizar fertilizante líquido disuelto en agua. En otoño e invierno tu planta estará en reposo.
De tal manera que debes mantenerla a una temperatura de 7 a 10 °C, regarla moderadamente de noviembre a marzo y ubicarla en un lugar luminoso. De ser posible, también puedes ponerla al sol.
- Precauciones
No te excedas en los riegos ya que puede causar que tu planta se pudra y adquiera un aspecto flojo. Si tu planta tiene una forma extraña o no florece, significa que no tiene luz suficiente.
Ten cuidado de la cochinilla algodonosa, puedes eliminarla con un insecticida o un algodón empapado en alcohol.
Thunbergia
Es un género que comprende alrededor de 100 especies y algunas de estas son muy conocidas, como la Thunbergia alata o también conocida como ojo de poeta. Estas plantas se caracterizan por su rápido crecimiento y el valor decorativo de sus flores.
Pueden tener diversos colores como blanco, amarillo, anaranjado, azul, violeta, entre otros. Los tallos se sostienen de soportes que puedes plantar en la maceta para que se puedan aferrar. Incluso puedes tener el cultivo en macetas colgantes.
- Cultivo
Por medio de la siembra, especies como la Thunbergia alata y gregorii pueden iniciar su ciclo de vida. Durante febrero y marzo, esparce las semillas sobre la superficie del sustrato húmedo.
Ubica la maceta o el recipiente con las semillas por 1 semana en un lugar que garantice la humedad adecuada y una temperatura de 18 a 24 °C, hasta su germinación.
Las plantas jóvenes que tengan 10 o 12 cm de altura y al menos 2 o 3 hojas, pueden ser trasplantadas a macetas de 8 cm individualmente, usualmente en marzo. Usa un mantillo fértil y cascajos (conjunto de piedras) para facilitar el drenaje.
Durante la primavera y el verano debes mantener una temperatura de 21 a 24 °C. En caso de ser superior a ese nivel, ventila el lugar donde tengas la planta. Puedes llevarla al exterior, pero debes ubicarla en un lugar luminoso y protegida del sol directo.
En otoño e invierno es importante que mantengas una temperatura de 16 °C y no inferior a 10 °C. Pues tu planta podría perder casi todas las hojas si se expone a temperaturas muy bajas.
Tu planta debe recibir luz, pero no de manera directa. Riega de manera moderada, debes mantener el sustrato mínimamente húmedo. Pulveriza agua tibia sobre las hojas si el día es muy caluroso.
- Precauciones
No debes exceder los riegos en invierno ya que las hojas podrían perder color y caerse, y las raíces se marchitan. Evita que tu planta se exponga a mucha luz porque las hojas se pueden quemar.
Es recomendable que cortes las hojas que ya se han marchitado, así podrás tener una floración prolongada. Ten cuidado con plagas como el pulgón verde, puede atacar tu planta.
Si bien es cierto que debes tener presente varios aspectos para mantener tus plantas en óptimas condiciones, no son difíciles de seguir. Lo importante es que te sientas cómodo y feliz con tus plantas de interior.
Anímate a tener varias en casa, puedes iniciar con las que te he recomendado. Le darán a tu casa una vista sin igual. Tus amigos y familiares querrán tener unas plantas como las tuyas.