Son numerosos los beneficios que aporta tener un huerto en tu hogar, desde sembrar alimentos que podrás consumir más adelante, hasta adquirir nuevos conocimientos mientras te conectas con la naturaleza.
Sin embargo, es posible que en el camino se te presenten diversos problemas o inconvenientes. Especialmente cuando no cuentas con la información precisa o simplemente estás apenas iniciando con la siembra.
Pero ¡no te preocupes! En esta ocasión hablaremos sobre los 9 errores más comunes al empezar un huerto en casa. Así te ayudaremos a evitarlos para que tengas éxito con tus plantas y, en caso de que ya se te haya presentado alguno, también te indicaremos cómo solucionarlos.
Contenido
Lista de errores comunes al iniciar tu huerto casero
Vamos con la lista de los 9 errores más comunes que debes conocer para poder prevenirlos y que, de esta manera, tu huerto no sufra las consecuencias.
Escoger la ubicación incorrecta
Colocar tu huerto en un lugar sin iluminación ni ventilación será un grave error para cualquier tipo de planta que quieras sembrar.
Bien sabemos que las plantas necesitan de luz solar, directa o indirectamente, para tomar energía y realizar la fotosíntesis. Así que, tenerlas en un lugar donde presenten problemas para recibir luz o aireación, hará que se decaigan y en poco tiempo mueran.
De igual manera, a veces nos emocionamos y compramos muchas semillas o plantones sin considerar el espacio disponible. Lo que da como resultado que nuestro huerto tenga muchas plantas amontonadas y aglomeradas, que terminan luchando entre sí por los nutrientes del sustrato cuando están sembradas en el suelo.
Adicionalmente, tener muchas plantas juntas evita que reciban buen aire, por lo que se incrementa la humedad y esto aumenta las posibilidades de recibir alguna enfermedad en plantas.
¿Cómo evitarlo?
Debes inspeccionar bien tu hogar y el espacio que tienes disponible para tus plantas. No importa si es mucho o poco, ya que puedes empezar tu huerto en una terraza, un patio, un balcón o incluso en una ventana. Lo importante es que veas que tal zona cuenta con las necesidades básicas de las plantas para sobrevivir.
Entonces, como ya te mencionamos, debes procurar sembrar lo que el espacio de tu huerto te permita y, según su ubicación, tener las plantas que mejor se adapten a la condición climática.
Por ejemplo, si el huerto recibe bastantes horas de luz solar, puedes recurrir a cultivos exigentes como el tomate, el pimentón o la berenjena. Mientras que, si son pocas las horas de luz directa, debes escoger cultivos menos exigentes como la lechuga, la cebolla, el cilantro y el ajo.
Mala preparación del sustrato
Pensar que las plantas solo necesitan de la tierra para crecer es una equivocación. Sobre todo, si tienes tu huerto en macetas, las plantas cuentan con mayores necesidades, por lo que debes proporcionarles el mejor hábitat para que se desarrollen fuertes y radiantes.
Es por esto que han surgido los sustratos, que son el perfecto sustituto de la tierra convencional, pero mejorados porque les brindarán a tus plantas todos los nutrientes que ellas necesitan. Asimismo, permitirán que tengan mejor drenaje, humedad, aireación o retención del agua según lo requieran.
Dicho esto, el problema estaría en tener el sustrato para la planta incorrecta. Esto causaría incluso la muerte de la planta por no recibir el tratamiento y la precisión que requiere.
Por ejemplo, preparar un sustrato que promueva la humedad y la retención del agua para plantas como las suculentas, será fatal. Recuerda que a ellas le va mejor sobre una tierra ligera, con buen drenaje y aireación.
¿Cómo evitarlo?
Nuestra primera recomendación es que leas nuestro artículo sobre los tipos de sustratos. Te llevará solo unos minutos y tendrás una mejor idea de sus beneficios y qué mezclas realizar según las plantas que quieras tener en tu huerto casero.
De igual modo, puedes ir a tiendas de jardinería o floristerías para que te asesoren y te recomienden sustratos ya mezclados para las plantas que tengas o vayas a sembrar en tu huerto.
Si cuentas con tu propia tierra, asegúrate de saber qué tipo de suelo es, podrás identificarlo según su textura:
- Arenoso: Es áspero, seco al tacto y no retiene bien el agua.
- Limoso: Es de color marrón oscuro, más suave al tacto y mantiene mejor el agua y los nutrientes.
- Arcilloso: Cuenta con finos granos de color amarillo y retiene tanto el agua que hasta se forman charcos.
Dicho esto, puedes agregarle el sustrato o abono que mejor se complemente para darle la mayor comodidad a tus plantas.
No conocer las necesidades de tus plantas
Como pudiste observar en los anteriores puntos, la clave para tener éxito en tu huerto es conocer bien lo que quieren y necesitan tus plantas para sobrevivir. Dado que muchas veces caemos en el error de pensar que las plantas solo necesitan de agua y sol para vivir, olvidamos que son seres vivos que también merecen atención especial.
Definitivamente unas plantas bien cuidadas, especialmente las de huertos caseros, te durarán mucho más tiempo y te darán gratos beneficios. Por ejemplo, tendrás plantas saludables que te brindarán mayor cantidad de frutos y más jugosos.
Si entiendes a tus plantas sabrás qué tipo de sustrato darles, cómo abonarlas, en qué ubicación deben estar, ya sea que requieran de luz directa o prefieran estar en la sombra, cómo se comportan y muchos aspectos más.
¿Cómo evitarlo?
Si sabes cómo se llama tu planta, solo debes buscar información de ella en internet y aprender sobre sus características y necesidades. Así podrás mantenerlas en perfectas condiciones en tu huerto y ellas te lo agradecerán.
De no ser así, te sugerimos echarle un vistazo a nuestro texto sobre aplicaciones para amantes de la jardinería. Allí te recomendamos diversas herramientas que te ayudarán a identificar tus plantas con tan solo una foto y te indicarán sus cuidados.
Igualmente, al momento de comprar las semillas o las plántulas, pide un poco de información sobre sus cuidados iniciales para que sepas cómo tratarlas al llegar y sembrarlas en el huerto de tu hogar.
Exceso o falta de riego
Este puede que sea el problema más común. A veces pensamos que, como el agua es vital para las plantas, debemos mantenerlas con agua todo el tiempo y regarlas todos los días. O, por el contrario, suele suceder que no contamos con el tiempo suficiente y no regamos nuestras plantas como tendría que ser.
Por un lado, ten presente que el exceso de agua disminuye el oxígeno y aumenta los niveles de dióxido de carbono en la tierra. Esto produce que las raíces se pudran y permite el ingreso a las enfermedades.
Mientras que, la falta de agua en tus plantas ya sea por descuido o falta de tiempo, con el paso de los días las dejará secas y marchitas.
¿Cómo evitarlo?
Inicialmente, como te mencionamos en el punto anterior, es importante que conozcas las características y los gustos de tus plantas. Además, también será necesario que ellas se encuentren en el sustrato que más les favorece, porque esto determinará el drenaje del agua.
Para estar al tanto de si tus plantas necesitan agua, te recomendamos tocar la tierra para saber si está seca, procura no tocar únicamente la superficie sino con algunos centímetros de profundidad. También te servirá levantar la maceta para sentir si está más pesada de lo habitual, lo que indicará que sigue húmeda.
Aunque puede ser necesario regar con frecuencia las plántulas y los esquejes hasta que se establezcan, una vez que hayan crecido y desarrollado un buen sistema de raíces, tendrás que regarlos con menor continuidad de ahí en adelante.
Finalmente, recuerda que las raíces son las que necesitan recibir el agua, puesto que son ellas quienes la absorben y no las hojas. Aunque puedes realizar riegos superficiales para limpiar el follaje del polvo o plagas, siempre ten presente que es la tierra la que debes humedecer.
No aprender sobre plagas y enfermedades
Es un gran error creer que a tu huerto no llegarán las plagas o las enfermedades de plantas y por esto, no tomarte el tiempo para leer sobre ellas.
Si no las conoces, no sabrás cuáles son sus síntomas ni qué males le generarán a tus plantas. Por lo tanto, no podrás lidiar con ellas en el momento oportuno y puede que cuando te des cuenta, sea demasiado tarde. Tanto las plagas como las enfermedades acabarán con tus plantas si las dejas avanzar y expandirse.
Así que vale la pena saber qué plagas o enfermedades pueden atacar tu huerto. En especial, para que tengas precaución y hasta reduzcas las probabilidades de que se presenten.
¿Cómo evitarlo?
Dicho esto, puedes visitar nuestros artículos sobre las plagas y enfermedades más comunes. Allí podrás informarte, aprender a prevenirlas, saber qué síntomas dejan en tus plantas y cómo combatirlas cuando se presenten.
Sin embargo, te daremos algunos consejos breves para que sepas cómo evitar la aparición de plagas y enfermedades en tus plantas, además de algunas opciones para combatirlas:
- Revisa cuidadosamente las plantas nuevas que vayas a añadir a tu jardín o huerto. Muchas veces ya vienen infectadas y, en caso de que quieras conservarlas, debes cortar las partes dañadas.
- Evita generar más humedad en tus plantas de la que necesitan. Esta es causada por excesos de riego y por tener las plantas muy juntas pues no habrá buena aireación.
- Aparta las plantas infectadas para evitar la propagación de plagas y enfermedades. Es la mejor opción para empezar a combatirlas, así cuidarás al resto de tus plantas y te encargarás por aparte de las que están siendo atacadas.
- Poda las hojas, ramas y tallos infectados. Sobre todo, cuando ya sea un caso avanzado y si los insecticidas naturales no han sido suficientes, lo mejor será eliminar lo que está dañando a tus plantas. Esto les dará un respiro.
De igual modo, si tienes vecinos que también tengan sus plantas o incluso huertos caseros, es bueno preguntarles con qué han tenido que lidiar. Así tendrás una idea de las plagas o enfermedades que pueden estar cerca.
Adicionalmente, ellos te podrán contar sobre sus formas más exitosas de combatirlas o puedes investigar más y averiguar sobre insecticidas caseros para plagas, si deseas probar una solución diferente.
Por último, en especial con las enfermedades, no tengas miedo de realizar podas de limpieza. Esto evitará que aquellos males se propaguen y que continúen quitándole la energía a tus plantas.
Plantar demasiadas variedades
Este es un problema que no le suele suceder a aquellos que tienen minihuertos, puesto que deben aprovechar el espacio que tienen y solamente plantar lo necesario. La verdad es que lo hacen y lo manejan muy bien.
Sin embargo, aquellos que podemos contar con un mayor espacio, nos dejamos llevar por la emoción e intentamos comenzar a lo grande sembrando muchos vegetales y plantas aromáticas o medicinales de todo tipo. Claramente, es un error.
Puede que te suene extraño que te recomendemos evitar cultivar lo que no vas a consumir, pero es una equivocación increíblemente común. A veces incluso se puede caer en el error de plantar lo que está de moda en lugar de lo que será práctico y agradecido en tu hogar.
¿Cómo evitarlo?
Puedes comenzar con pequeñas siembras, realmente será bueno para tener una primera inmersión en el huerto e ir aprendiendo poco a poco. Para esto realiza una pequeña lista de tus hierbas y verduras favoritas, luego investiga sobre sus cuidados y así sabrás cuáles serán óptimas para tener en tu cultivo.
No te dejes llevar por la tentación de ver un gran catálogo de semillas y pensar en que luego se convertirán en plantas muy productivas. También debes tener en cuenta la frecuencia con la que cocinas y, si vives con más personas, con cuántas de ellas podrás compartir lo que vas a cosechar más adelante.
No controlar las malezas
Las malezas no siempre son plantas trepadoras que se alimentan de la vitalidad de otras plantas, en sí, las malas hierbas son aquellas que crecen donde no deberían hacerlo.
Las malas hierbas comparten ciertas características tales como:
- Producen muchas semillas que se caen a su alrededor y así empieza la propagación.
- Crecen bastante rápido y se adaptan al terreno fácilmente, por lo que en poco tiempo desarrollan raíces firmes.
- No requieren mucha agua para sobrevivir y las semillas permanecen largo tiempo esperando las condiciones para germinar.
Por esto debes intentar erradicarlas o controlarlas a tiempo. El problema con las malezas es que son especies hábiles y con cualidades de adaptación rápidas, que luego terminan robando nutrientes y agua a las plantas que sí queremos en nuestro huerto.
¿Cómo evitarlo?
Aunque algunas parezcan bonitas y adorables, es importante que las controles para que no afecten a tus demás plantas. Si apenas está empezando a crecer, con solo arrancarla desde la raíz bastará.
En caso de que sea un caso más avanzado, también puedes optar por realizar remedios caseros que te ayudarán a eliminarlas. Por ejemplo:
- Echarles agua hirviendo. Es una solución rápida y eficaz que sólo consiste en agua muy caliente que vas a regar en la parte de la maleza. Eso sí, ten mucho cuidado de que llegue a otras plantas porque las dañará también.
- Ponerles papel periódico. Como todas las plantas, necesitan de luz para sobrevivir, así que, al taparlas con papel periódico, les evitará la llegada de luz solar. Posteriormente, solo tendrás que quitarlas manualmente.
Olvidar etiquetar las plantas
Personas expertas que llevan ya varios años con sus huertos todavía realizan la tarea de marcar las macetas en las que comenzaron a sembrar o colocar etiquetas de las plántulas que acaban de trasplantar.
Verás que esto también embellece tu huerto y le dará orden. Incluso cuando tengas la oportunidad de recibir visitas de tus familiares, amigos o vecinos, ellos podrán ver el progreso de tus siembras y reconocer las plantas fácilmente.
¿Cómo evitarlo?
Gasta unos minutos de tu tiempo para etiquetar las semillas y plántulas que sembraste. Te servirá sobre todo si estás iniciando con el huerto y apenas estás viendo cómo crecen y se desarrollan tus plantas.
Asimismo, es bueno por si no recuerdas la frecuencia de riego o qué tipo de abono agregar a ciertas plantas, solo tendrás que investigar rápidamente en internet y al tener las etiquetas, no te equivocarás de cultivo.
Finalmente, cuando haya pasado buen tiempo y vayas a plantar nuevamente un cultivo que ya tuviste, las etiquetas te indicarán en qué lugar estaba sembrado y con base en esto, es importante que realices rotación en tus plantas.
Esto quiere decir, no sembrar la planta en el mismo lugar año tras año, pues las plagas y enfermedades se apoderarán de la zona y tal rotación de los cultivos romperá su ciclo de vida.
No ubicar correctamente las semillas
Aquí el error está, principalmente, en no seguir las instrucciones de los paquetes de semillas. En dado caso que te las hayan dado manualmente, el problema estará en no investigar o preguntar sobre el proceso de siembra de aquella planta.
Tampoco caigas en el error de pensar que todas las semillas se plantan de la misma manera. Ten en cuenta que existe gran diversidad de plantas y hasta sus semillas presentan formas, tamaños y colores diferentes.
¿Cómo evitarlo?
Las semillas se entierran normalmente a una profundidad entre 1 y 2 veces su tamaño. Lo más importante es que las que son muy pequeñas, son las que menos profundo deben estar. Esto dado que, al estar muy abajo, tendrán problemas en pasar las capas de tierra y llegar hasta la superficie. Lo que da como resultado que no germinen o mueran en el intento.
Lo mejor siempre será buscar la información precisa en caso tal que no sepas o tengas dudas. Verás que esto también te ayudará para saber sobre qué sustrato colocar la planta, sus necesidades de luz para saber dónde situarla y su frecuencia de riego.
¡No te rindas!
Sin duda esta es la falta más grande que podrías cometer. A pesar de que cometas alguna equivocación o que sientas que no lo vas a lograr, todo esto hace parte de la experiencia y vas a mejorar poco a poco.
Lo más importante es que tengas siempre la mejor actitud y seas constante, pues esto te llevará a obtener gratos resultados que te llenarán de orgullo.
Finalmente, esperamos que este artículo te haya servido para ampliar tu conocimiento y que así pongas en práctica nuestros consejos en tu huerto casero.