9 errores comunes que debes evitar al tener suculentas

Errores frecuentes al tener suculentas

Las suculentas son en definitiva las plantas de moda y es que quién no se enamora de sus diversos colores, tamaños, formas y texturas. Sin embargo, aunque se sabe que son plantas bastante resistentes, eso no significa que sean inmortales o a prueba de todo.

Así que, si quieres incluir plantas crasas a tu colección o ya tienes algunas de ellas y has tenido ciertos inconvenientes, ¡necesitas leer este blog!

A continuación, te diremos los 9 errores más comunes en el cuidado de suculentas que suelen cometer los principiantes o que le pueden pasar incluso a cualquier jardinero experto. Además, te explicaremos de qué manera puedes evitarlos o cómo solucionarlos.

Lista de errores frecuentes al tener suculentas y cómo evitarlos

Veamos los problemas más frecuentes que se pueden presentar o cometer durante el cuidado de plantas suculentas, con el fin de que a ti no te sucedan.

1.     Problemas con el riego

El error principal es regar las suculentas en exceso pensando que tienen las mismas necesidades que cualquier otra planta. Pues, recordemos que ellas almacenan agua por medio de sus hojas, tallos y algunas veces en sus raíces.

Por ello, si ves que algunas hojas inferiores se han vuelto negras, amarillas o translúcidas y de textura viscosa, es porque las raíces se están pudriendo a causa del exceso de agua o de humedad en el sustrato.

En algunas suculentas también sucede que sus hojas se caen con mayor frecuencia y facilidad de lo habitual, incluso aunque aparentemente estén en perfecto estado. Lo bueno de ello es que de estas hojas saldrán nuevos brotes, pero tampoco queremos que la planta quede débil, así que este también es un síntoma al que debes prestarle atención.

Por otra parte, algunas personas le tienen miedo a regar en exceso o se confían de que las suculentas pueden pasar semanas sin agua y aún sobrevivir. Por ende, cometen el error de no regar lo suficiente.

Si dejas que tus plantas crasas pasen largos períodos sin recibir agua, no tendrán el crecimiento o la vitalidad esperada y sus hojas comenzarán a marchitarse y se caerán. Algo que fácilmente podrás notar al tocarlas, pues sus hojas no tendrán el grosor normal y estarán blandas. O, las hojas marchitas se sentirán secas y tendrán una tonalidad amarilla.

¿Cómo evitarlo?

Independientemente del tamaño de la planta o del tipo de maceta en el que se encuentre, el mejor truco para saber si ya es hora de regarlas es el siguiente:

Introduce un palillo o un palo delgado en el sustrato y, si sale casi o completamente seco, significa que ya puedes darle agua a la planta. Por el contrario, si el palillo tiene restos de tierra y sale sucio, es mejor que esperes unos cuantos días más.

Ahora, también debes tener en cuenta que, cada vez que riegues la planta, dale un buen chorro de agua. Es decir, no la rocíes superficialmente, sino que procura mojar totalmente la tierra.

¿Cómo solucionarlo?

Si tu planta se está pudriendo, claramente lo primero que debes hacer es suspender el riego. Luego, retira todas las hojas que estén dañadas y deséchalas, pues lastimosamente ya no se pueden salvar.

Por otro lado, las hojas que estén en perfectas condiciones, pero que se hayan caído, ubícalas en una maceta con sustrato para que de allí surjan nuevos brotes y puedas propagar tu planta dañada.

También puedes optar por trasplantar el tallo, siempre y cuando no tenga una consistencia muy blanda. De ser así, igual podrías intentar que se recupere, dejando que dure al menos 15 días sin recibir agua, pero puede que no obtengas éxito si ya está muy podrido.

Si tu planta se está secando, únicamente aumenta la frecuencia del riego, pero sin que el agua quede encharcada. Puede ser 2 veces o más por semana, dependiendo de la zona en la que está ubicada la suculenta y de la cantidad de sol que recibe.

En realidad, este problema es más sencillo de remediar porque sólo consiste en ponerle más cuidado a la planta y darle agua de manera regular, aunque siempre siguiendo el truco del palillo para no empezar a regarla en exceso.

2.     No combatir las plagas a tiempo

En general este es un error que se aplica a cualquier tipo de planta que tengas en tu hogar y suele darse por varias razones:

  • La primera es pensar que tus suculentas no tendrán problemas con plagas porque son plantas resistentes.
  • La segunda es no revisar bien entre las hojas y los tallos en busca de algún insecto.
  • La tercera es encontrar la plaga y no eliminarla en el momento por pensar que no es para tanto o dejarlo para después.

Entonces, esto es un problema que se puede volver más grande porque no solo afectará el crecimiento y la vitalidad de la planta infectada, sino que además podría propagarse a otras plantas cercanas.

¿Cómo evitarlo?

Para comenzar, revisa meticulosamente tus plantas cada vez que las riegues para saber que todo está bien. Si encuentras algo, lo mejor es que te informes para saber a ciencia cierta con qué plaga tendrás que lidiar.

Así que puedes revisar nuestro blog sobre plagas para que te familiarices con ellas. Ten presente que las más comunes en suculentas son la cochinilla, el pulgón, la mosca blanca y la araña roja.

¿Cómo solucionarlo?

Una vez que sepas qué plaga está presente en la planta, busca la manera de combatirla ya sea con elementos naturales, caseros, orgánicos o químicos. Para ello, te recomendamos nuestros blogs sobre insecticidas caseros y sobre el uso del aceite de neem y jabón potásico para combatir efectivamente las plagas.

Además, no olvides apartar las plantas infectadas y tenerlas aisladas hasta que se solucione el problema. De esta manera evitas que otras se contagien y puedes enfocarte en aquellas que están lastimadas de un mejor modo.

3.     Exceso o falta de sol

Recordemos que las suculentas son plantas que prosperan muy bien en ambientes desérticos y por ello se usan en jardines xéricos. Así que les gusta recibir luz solar brillante de manera directa o indirecta, según la variedad específica.

Por ello, aunque se pueden utilizar muy bien como plantas de interior, debes tener cuidado con la falta de iluminación. Pues esto va a inferir con el crecimiento, en cuanto las plantas van a estirarse en busca de la luz, o simplemente van a crecer muy lentamente. Además, perderán su tonalidad y se volverán más pálidas.

Por otra parte, a varias especies no les gustará recibir luz solar directa en exceso, ya que esto provocará que sus hojas se quemen y se lastimen. Entre ellas están el árbol de jade, la planta antorcha e incluso la sábila, ya que si recibe sol directo sus hojas se tornarán cafés o rojizas y perderán su tonalidad verde característica.

Sin embargo, hay suculentas con hojas de colores vibrantes que sin duda necesitarán al menos 6 horas de luz al día para mantener dicha tonalidad. Por ejemplo, la Graptopétalo, el Sedum Rubrotinctum, conocido como Sedo Rojo, y otras que te vamos a mostrar en una imagen más adelante.

¿Cómo evitarlo?

Lo principal es que conozcas los gustos de tus plantas, de esta forma tendrás una idea del lugar en el que mejor se sentirán.

En general, las plantas de interior ubícalas cerca de una ventana o en un espacio donde al menos reciban buena iluminación gran parte del día. Si quieres tenerlas al exterior, una zona en la que tengan luz solar indirecta será perfecto para cualquiera de ellas. Eso sí, lo mejor es que estén cubiertas para evitar que les caiga lluvia directa y que el agua quede estancada en la maceta. Sin embargo, sí puedes recolectar el agua de lluvia y usarla para regar tus plantas, será espectacular.

¿Cómo solucionarlo?

Tanto el exceso como la falta de sol son errores fáciles de remediar. Esto quiere decir que solo bastará con mover la planta de lugar una vez que identifiques que está teniendo dificultades en la zona en la que se encuentra.

Eso sí, procura hacerlo a tiempo para que la planta no sufra grandes consecuencias. Por ejemplo, que el tallo se tuerza en busca de luz o que las puntas de las hojas se quemen demasiado, dañando su apariencia.

Así que, cuando veas que tu planta se está alargando, le salen menos hojas y ha perdido su forma inicial, es porque le hace falta luz. Mientras que, si a tu planta de hojas verdes brillantes le han salido unas manchas cafés, que incluso pareciera como si estuviera sucia, esto significa que estará mejor al no recibir luz solar directa.

4.     Combinar suculentas con plantas de diferentes necesidades

En los viveros, floristerías o tiendas de jardinería suelen vender lindos arreglos de suculentas, en los cuales siembran diversas plantas crasas y te las venden a un buen precio.

Por otro lado, también puedes realizar tu propio terrario casero con suculentas, sin embargo, hay varios aspectos que debes tener en cuenta para no caer en el error.

El problema principal está en juntar varias plantas sin tener en cuenta cuáles son sus gustos o necesidades. Si bien durante algunos meses puede verse como un lindo arreglo, luego algunas plantas continuarán sanas, mientras que otras estarán muriendo.

Por otra parte, tener muchas suculentas en un mismo espacio tampoco es una buena idea después de un largo tiempo. Pues, a medida que van creciendo, necesitarán mayor espacio y no es bueno que estén compitiendo por los nutrientes.

¿Cómo evitarlo?

Agrupa las suculentas por tamaño y según las preferencias que tengan de luz y de agua. Preferiblemente no las combines con otro tipo de plantas que no sean crasas o xéricas.

Para darte un mejor ejemplo, te dejamos con esta imagen en la que clasificamos varias suculentas según sus gustos por el agua y el sol.

Lista de suculentas que prefieren agua y sol

Eso sí, una vez que las plantas hayan crecido bastante y se hayan quedado sin espacio, lo que te recomendamos es que las traslades a un espacio donde puedan continuar con su crecimiento sin problemas.

5.     Tener el sustrato incorrecto

Se podría decir que el único aspecto en el que las suculentas son algo exigentes es en el sustrato. Ya que la tierra convencional que funciona para la mayoría de las plantas de interior o exterior no será la ideal para las suculentas.

El tipo de tierra que ellas necesitan debe ser ligera, que no retenga bien el agua y tampoco mantenga la humedad. De no ser así, las raíces sufrirán, se pudrirán y al final la planta morirá. Tal y como te decíamos anteriormente cuando hablábamos de los problemas con el riego.

Aunque podrías prolongar la frecuencia del riego, la forma en la que las raíces absorben el agua es mucho más lenta que cualquier otra planta. Por lo tanto, las plantas estarán sobre un suelo empapado por mayor tiempo y constantemente, lo cual no les gustará.

¿Cómo evitarlo?

Lo mejor es conseguir el sustrato especial para suculentas en un vivero, una tienda de jardinería, una floristería o directamente por internet. No te preocupes que su valor suele ser el mismo que el de la tierra universal.

Por otra parte, si estás sembrando las suculentas directamente en el suelo de tu jardín o lo estás usando para tus macetas, debes saber de qué tipo se trata.

Para ello, aquí te contamos rápidamente 3 clasificaciones del suelo según su textura:

  • Si es del tipo arenoso significa que es seco al tacto, no retiene bien el agua y sería una buena alternativa para estas plantas.
  • Cuando es del tipo limoso es porque tiene mayor textura, tiene una tonalidad marrón oscura y retiene mejor el agua.
  • Si es arcilloso es porque tiene un color amarillento y no cuenta con un buen drenaje, pues hasta se forman charcos de agua.

En los últimos 2 tipos, lo mejor es que modifiques la textura con alguna de las opciones que te daremos en seguida. Para más información, te recomendamos visitar nuestro blog sobre sustratos.

¿Cómo solucionarlo?

Así es, otra opción es que modifiques la tierra que ya tienes para brindarle las características que necesitan las plantas crasas. Para ello, puedes usar elementos artificiales como la perlita, la cual le brindará aireación al suelo.

También hay elementos naturales como la arena de río, de playa o de construcción (previamente lavada), la viruta o el aserrín y la fibra de coco (lavada). Estos ayudarán con la aireación, pero además mejorarán la capacidad del drenaje.

Lo que debes hacer es usar 1 o 2 de los elementos que te acabamos de mencionar y los vas a mezclar en partes iguales con la tierra.

6.     No escoger la maceta adecuada

Técnicamente puedes usar cualquier tipo de maceta para tus suculentas. Desde las que son de arcilla, que son las más recomendables porque brindan mayor porosidad, hasta aquellas elaboradas con materiales reciclados.

Ahora, el error está en escoger un recipiente sin orificios de drenaje. Si bien se pueden usar aquellos que no los tienen, no es lo que aconsejamos para un principiante porque puede tener más inconvenientes a causa de esto.

Por otra parte, también es un problema escoger una maceta mucho más grande que la planta por sembrar. Esto suele presentarse al momento de trasplantar y ocurre al pensar que entre más grande sea el recipiente, mayor espacio tendrá la suculenta para crecer.

Es un error ya que sólo ocasionará que las raíces tengan mayor dificultad para absorber los nutrientes del sustrato, lo que afectará el crecimiento de la planta y se quedará estancada.

¿Cómo evitarlo?

Para empezar, procura comprar únicamente macetas con orificios en la parte inferior. O, si es posible, realízalos con ayuda de una puntilla y un martillo u otros elementos que también puedan ser útiles.

Asimismo, si vas a trasplantar una suculenta, sobre todo aquellas que están en pleno crecimiento, ten presente que la maceta sea más o menos proporcional al tamaño de la planta.

¿Cómo solucionarlo?

Si tienes recipientes a los que no les puedes realizar los orificios, por ejemplo, aquellos hechos de cemento o vidrio, debes seguir estos consejos.

Lo primero que debes hacer es colocar algunas piedras en la parte inferior del recipiente para que ayuden con la aireación y el drenaje. Otras opciones son el uso del carbón activado granulado o el carbón vegetal, que además aportarán nutrientes.

El segundo y último paso consiste en regar de manera frecuente, pero en intervalos más prolongados. Nuevamente, te invitamos a usar la técnica del palillo para asegurarte de que la tierra está por completo seca.

Si tienes macetas muy grandes y plantas pequeñas por trasplantar, nuestro mejor consejo es que agrupes varias suculentas en un mismo recipiente.

Ahora bien, sigue las instrucciones que te dimos anteriormente para que no cometas errores al combinar plantas y trasplántalas cuando ya sea necesario.

7.     Ignorar los síntomas que muestra la planta

Puede sonar extraño, pero en definitiva las suculentas se comunican con nosotros. Seguramente ya te diste cuenta de ello cuando mencionamos las formas de saber que tus plantas están sufriendo por el exceso o falta de riego o de sol.

Así que, la mejor forma de saber si las suculentas están teniendo algún tipo de inconveniente, es por medio de sus hojas, tallos y hasta raíces. Por esto, no debes ignorar los cambios que se presentan en ellas, porque de lo contrario, el problema se agrandará.

¿Cómo evitarlo?

Sencillamente revisa tus plantas cada vez que puedas. Ya sea al momento de regarlas, al trasplantarlas o cuando las estás adquiriendo por primera vez. Busca algunos de los síntomas que te hemos mencionado o alguna peculiaridad.

En caso de que no tengas la información suficiente, no dudes en investigar al respecto. Lo importante es que pases por alto las señales que presenta la planta. Además, son consideradas resistentes ya que, a pesar de que estén teniendo un problema, siempre será posible remediarlo si se actúa a tiempo.

8.     Problemas con la fertilización

Si bien las suculentas no son exigentes en cuanto a la fertilización, se debe tener en cuenta que ellas también necesitan de micro y macronutrientes para crecer vitalmente. Por ello, se puede optar por darles alimento, pero el error está en fertilizarlas como cualquier otra planta.

Así es, si fertilizas las suculentas de la misma manera que alimentas, por ejemplo, a tus plantas florales, lo que harás es sobrealimentarlas y recordemos que todo exceso es perjudicial.

¿Cómo evitarlo?

Puedes usar varios fertilizantes caseros como las cáscaras de huevo trituradas, las cuales se suelen utilizar bastante para las suculentas ya que les aporta calcio en una cantidad moderada.

También puedes implementar fertilizantes químicos como el Triple 15, pero debes tener muy presente el diámetro de la maceta en la que está la planta y según esto aplicar la cantidad que sugiere el envase.

En ambos casos, lo mejor es realizar el procedimiento solo 1 vez al mes en bajas cantidades o cada 2 meses de ser necesario. Eso sí, procura que sea únicamente durante el verano y la primavera.

La razón es que durante el otoño y sobre todo en el invierno las plantas entran en un periodo de inactividad. Por ende, su crecimiento se vuelve más lento y no es aconsejable alimentarlas.

9.     No saber qué suculentas tienes

Sabemos que hay miles de plantas suculentas clasificadas en varias familias y con un gran número de especies. Incluso, algunas no guardan ninguna relación genética, sino que cuentan con rasgos característicos de las plantas crasas o, algunas son muy parecidas entre sí que hasta resulta difícil diferenciarlas.

A pesar de ello, es importante conocer el nombre de nuestras plantas para poder investigar un poco sobre ellas y saber a ciencia cierta cuáles son sus gustos y necesidades para sobrevivir.

Pues, como lo hemos dicho en otros puntos y si tienes suculentas seguramente ya te has dado cuenta de que ellas tienen sus preferencias. Por ejemplo, hay algunas que aman el sol directo y otras que adoran la sombra. También, hay plantas crasas que prefieren un riego más constante y otras uno más prolongado.

Pero ¿cómo saberlo? En seguida te explicamos.

¿Cómo evitarlo?

Cuando compres una suculenta en un vivero o una tienda, siempre pregunta su nombre, lo más seguro es que allí te lo digan o que la planta venga con una etiqueta. Asimismo, puedes aprovechar para preguntar un poco sobre sus cuidados esenciales.

De no ser así, ya que tienes el nombre sólo bastará con que busques sobre ella por internet. Incluso, te recomendamos leer nuestro blog sobre 11 suculentas que deberías tener en tu hogar. Allí te enseñamos todo sobre tus cuidados y estamos seguros de que te enamorarás de al menos 1 de ellas.

¿Cómo solucionarlo?

Ahora, en caso de que te hayan regalado la planta o que la hayas comprado y no sepas cómo se llama, te diremos un excelente tip.

Simplemente, echa un vistazo a nuestro blog sobre aplicaciones para amantes de la jardinería, allí encontrarás varias herramientas que te ayudarán a identificar tus plantas con tan solo una foto y te explicarán unos datos importantes sobre ellas.

Por otra parte, si cuentas con una gran colección de plantas, te recomendamos etiquetar las macetas para que luego no olvides sus nombres.

¡No te preocupes!

No queremos que ahora tengas la impresión de que las suculentas no son tan fáciles de cuidar como lo pensabas, porque en realidad son perfectas para cualquier principiante. ¿Por qué? Porque a pesar de que cometas errores con ellas, te lo informarán rápidamente y si actúas a tiempo, te será posible remediar o arreglar el problema y volver a tener una planta sana.

Así que, si tienes suculentas que no prosperan o ves que están enfermas, sólo tendrás que ponerles un poco más de cuidado, evitando los errores comunes que te mencionamos o corrigiendo los que ya estás cometiendo.

Por ende, esperamos que este blog te haya sido de gran utilidad y que de ahora en adelante tengas suculentas hermosas y sanas.

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